Red IRA: Para que no haya gente sin casas y casas sin gente

La Red de Inmuebles Recuperados por Autogestión (IRA) impulsada por el Movimiento de Pobladores en Lucha avanza junto a otras iniciativas populares hacia la obtención de los títulos de dominio, y la implementación de un modelo de autogestión y cooperativismo olvidado en Chile.

La Red de Inmuebles Recuperados por Autogestión (IRA) impulsada por el Movimiento de Pobladores en Lucha avanza junto a otras iniciativas populares hacia la obtención de los títulos de dominio, y la implementación de un modelo de autogestión y cooperativismo olvidado en Chile.

Han pasado tres meses desde que familias damnificadas por el terremoto ingresaron a casas abandonas del barrio Franklin Matadero y las habilitaron con el apoyo del Movimiento de Pobladores en Lucha (MPL) de Santiago Centro.

Bajo la consigna, para que no haya “gente sin casas y casas sin gente”, han recuperado poco a poco los 1.720 metros cuadrados que en total componen las casonas Esperanza, Bogotá y Protectora, emplazadas en terrenos del Estado y el Arzobispado que quedan a menos de 25 cuadras de La Moneda, y que estaban inutilizadas hace varios años.

Han sido tres meses de trabajo constante y colaborativo, donde no sólo participan las 17 familias instaladas hasta el momento, sino que también aquellas que esperan la construcción de departamentos compartimentados al interior de los terrenos, y para lo cual la Red IRA busca el financiamiento que permita la autogestión de las viviendas.

El MPL, integrado por jóvenes profesionales y dirigentes sociales, es un movimiento que forma parte de las negociaciones que la Federación Nacional de Pobladores, que agrupa a más de 40 mil familias, mantiene con el ministerio de Vivienda y Urbanismo desde 2010.

En la última reunión que sostuvieron los dirigentes con representantes del Minvu, participaron Guillermo Rolando, director de la División de Política Habitacional del ministerio y Daniel Johnson, director del Serviu metropolitano.

Henry Renna, uno de los líderes de la Red IRA, explica que “en ese marco de negociación, el ministerio ha señalado, con respecto a los inmuebles recuperados, que tienen la disposición de la compra. Cuentan con la factibilidad técnica para realizar un proceso de construcción y al mismo tiempo la voluntad para incluirnos como parte de los proyectos de reconstrucción, que permita acelerar la velocidad de la gestión habitacional”.

La Red IRA es una organización cooperativista, bajo un sistema de ayuda mutua en que cada integrante de la comunidad trabaja para mejorar su entorno y el de los demás, y que busca reconocer la propiedad colectiva como una nueva forma de propiedad en Chile.

Renna explica que la principal diferencia con otras formas de organización y construcción de vivienda social es que éstos son autogestionados por las propias familias que habitan el lugar: “Podemos construir mejores viviendas, de mayor tamaño, asegurando un excedente que nos permita costear el valor del suelo y que las familias se queden en sus comunas de origen. Lo que hace mucho más eficiente el proceso productivo en materia habitacional y al mismo tiempo la autogestión te asegura que el día de mañana, el Estado no tenga que invertir recursos en materia de seguridad pública porque esas poblaciones sean un ghetto”, indica.

Esta es una forma de integrar vivienda social que no es nueva en Chile, y que ha sido aplicada principalmente en Argentina, Uruguay y Brasil, siendo una opción más dentro de las políticas de vivienda social. Ana Sugranyes, secretaria general de la Coalición Internacional por el Hábitat de América Latina, dice que “la Red IRA propone realmente una novedad de una propiedad colectiva, revalorizar la ayuda mutua y hacer que sectores damnificados, pobres, puedan quedarse en la comuna de Santiago”.

Ana Sugranyes cree que la Red IRA es un proyecto que demuestra que las cosas se pueden hacer de una forma distinta, y en que se está repensando la renovación urbana del casco histórico sin que conlleve un proceso de expulsión de los pobladores a la periferia. “Apuesto a que estos tres proyectos de la Red IRA, más muchos otros proyectos que se están gestionando en distintas comunas de Santiago y en otras ciudades del país, dan una pista distinta que ojalá nos demuestre, como lo están demostrando los estudiantes para el tema de la educación, que se puede hacer algo distinto”, añade.

Tanto el dirigente como la especialista plantean que la política pública en materia de vivienda está dirigida a la oferta y no a la demanda de subsidios, donde el Estado transfiere los recursos a los privados, los que definen bajo qué condiciones se construyen las poblaciones.

Por primera vez en 20 años en Chile, la Red IRA propone una política autogestionaria, la construcción de viviendas accesibles en la comuna de Santiago y reivindica el derecho a la ciudad, una ciudad más democrática que respete la función social del suelo urbano.





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