Los rebeldes continúan su veloz ofensiva, pero siguen sin dar con el paradero de Muamar Kadafi. Luego de tumbar los muros del cuartel general del líder libio en Trípoli este martes, los rebeldes arrasaron con retratos del líder libio y se apoderaron de un depósito de armas.
Kadafi afirmó que se había paseado de incógnito por Trípoli y exhortó a los habitantes de la capital a combatir a los rebeldes, en un mensaje sonoro difundido este miércoles por el canal sirio Arrai. Kadafi, que no precisó cuándo realizó ese presunto paseo, llamó a “los habitantes de Trípoli, a las tribus, a los jóvenes, a los ancianos a salir a las calles” y “limpiar Trípoli de ratas”, en referencia a los rebeldes.
El dirigente libio ya había afirmado en otro mensaje difundido la noche del martes por la cadena Al Oruba que se había retirado de su cuartel general en la capital por “razones tácticas”.
Miles de libios han hecho oídos sordos a esas palabras y han estallado de alegría tras el anuncio de la toma del cuartel general de Kadafi, un poco más de seis meses después del comienzo de las protestas. Familias enteras recorrían las calles en auto, pitando y armando embotellamientos.
Pero persisten algunos focos de resistencia. Este martes en la noche, al menos cinco obuses cayeron en el cuartel general de Kadafi, lo que obligó a los rebeldes a escapar en medio de las ruinas. Ese ataque provendría supuestamente del barrio de Abu Slim.
Los tres días de la “batalla de Trípoli” han dejado, según el Consejo Nacional de Transición, el órgano político de los rebeldes, unos 400 muertos y 2.000 heridos. Cerca de unos 600 soldados del régimen han sido capturados. El CNT prometió de otro lado llevar a cabo elecciones dentro de ocho meses y expresó su deseo de juzgar a Kadafi en Libia.