Como una práctica soterrada de privatización que se sostiene hace bastante tiempo, los trabajadores definen la política de gestión que la empresa estatal Correos de Chile, estaría impulsando fuertemente también en este gobierno.

La decisión de venta de 26 inmuebles pertenecientes al Estado provocó que la  Federación Nacional de Trabajadores de Correos de Chile, Fetracortel, interpusiera un requerimiento en la Contraloría para que se investigue la situación que creen irregular.

Sin embargo, no sólo preocupa la posible venta de estos edificios y terrenos que forman parte de la historia del país, y de su patrimonio como en el caso de las dependencias que se emplazan en calle Exposición, sino que también la externalización de los diferentes servicios y las formas de operar de la empresa.

Es por esto, que según Jaime Romero, presidente de Fetracortel, que informa que han iniciado un proceso de discusión interna para ver cómo enfrentarán este escenario en que la empresa precariza el servicio para dar paso a las empresas externas y que disminuye sus puestos de trabajo.

“La Federación está haciendo un debate interno con el objeto de poder generar con los trabajadores un apoyo directo para la defensa del patrimonio de Correos de Chile”, aseguró el líder sindical de Correos.

Romero cuenta que los ejecutivos de la empresa se sorprendieron al enterarse del requerimiento que llevaron a Contraloría, pero que no han recibido ninguna respuesta formal por la acción.

Los trabajadores denuncian que muchos de los espacios han sido externalizados, bajando de alrededor de 6 mil 500 a unos 5 mil los puestos de trabajo, y con capacidad de negociar muy baja ya que hay despidos masivos, y contratación a honorarios.

Sobre las diferentes formas de precarización se refirió Romero, quien cree que en unos cuatro a cinco años la empresa podría ser completamente privatizada.

“La venta de inmuebles, el despido masivo de trabajadores, la externalización del servicio de los trabajadores, la prestación de servicios de empresas externas en virtud de los trabajos propios de Correos. Todas esas cosas nos hacen pensar que la empresa está precarizando para que en algún momento en el futuro pueda ser privatizada”, explicó Jaime Romero.

John Quintana, trabaja hace 19 años en Correos de Chile, y ha visto la evolución de la empresa, y cree que la decisión de vender la empresa por parte del directorio es firme. Han externalizado el bodegaje, la atención telefónica y más grave aún, la distribución de paquetería en puntos aislados del país, una de las misiones fundamentales de la empresa.

“Hay un tema que también nosotros tenemos obligaciones hacia la universalidad del servicio que presta Correos, que tiene vinculación con el principio que Correos debe llegar a todas partes. Por ejemplo, agencias como Pica o Chepica eran de Correos propiamente tal, pero se externalizaron también, es decir, los servicios a ciudades pequeñas están externalizados”, afirmó Quintana.

La última negociación colectiva, finalizó en agosto del 2009, pero no lograron muchos avances. Los trabajadores piden que la estructura interna se revise ya que reclaman que la empresa contrata sin problema subgerentes y gerentes, pero no ingresan nuevos operadores que mejoren la calidad del servicio y las condiciones laborales del resto de los que se desempeñan por bajos sueldos.

Por último, señalan que la discusión iniciada tiende a buscar las formas en que defenderán la empresa como un bien público al servicio de la toda la comunidad.