“Aquí sólo hay negocio a costa de un servicio de mala calidad y enormemente vulnerable”

La directora del programa Chile Sustentable aseguró que el apagón del fin de semana es otro síntoma más de un mercado energético inestable y concentrado, donde el Estado tiene pocas atribuciones y las grandes empresas funcionan sin ninguna regulación.

La directora del programa Chile Sustentable aseguró que el apagón del fin de semana es otro síntoma más de un mercado energético inestable y concentrado, donde el Estado tiene pocas atribuciones y las grandes empresas funcionan sin ninguna regulación.

El ministro de Energía, Rodrigo Álvarez, anunció que las multas para quienes resulten responsables del apagón ya están en curso. El titular del ramo explicó que hay distintos niveles de sanción en esta materia, además de compensaciones e indemnizaciones a los clientes.

Pero más allá de las medidas de reparación, el apagón puso en evidencia la fragilidad del sistema energético. En conversación con Radio Universidad de Chile, la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín, indicó que el problema comienza con el decreto de ley de 1982 que le dio total libertad a las empresas para invertir.

Desde entonces se ha generado una desinversión en el sistema de transmisión, que hoy prácticamente “es un cablerío amarrado con alambritos, que no le da el ancho para proveer un buen servicio”. Además, han invertido en la fuente de generación más barata de turno: pasando por la hidroelectricidad, el gas natural y hoy una creciente carbonización de la matriz energética.

Frente a esto, la ambientalista advirtió sobre la inestabilidad y la concentración del sistema, donde el Estado tiene pocas atribuciones.

“Desgraciadamente estamos en el peor de los mundos. Hoy tenemos tanto en el Sistema Interconectado Central como en el Sistema Norte Grande, a tres actores que son los que dominan más del 90 por ciento de la generación:  Endesa, Colbún y Gener. Ellos dominan el mercado, pero también se autodespachan en el Sistema de Despacho Económico de carga donde el Estado no tiene ningún poder. Esa es una bolsa de energía que manejan ellos mismos y que comercializan. Este es un mundo opaco, sin transparencia informativa, sin ningún involucramiento real del Estado para velar por el interés público y obviamente acá sólo hay negocio a costa del servicio de mala calidad u enormemente vulnerable”, sentenció.

Sara Larraín añadió que este apagón debe ser una señal para que el Gobierno tome cartas en el asunto. Y, pese a las pocas atribuciones que tiene, el ministerio de Energía puede enviar al Congreso Nacional un proyecto de ley que obligue a las empresas a hacer las inversiones que se requieren, iniciativa que debiera enviar lo antes posible.

De todas formas aseguró que, hasta el momento, no ha estado a la altura de resguardar el interés público y que estamos en una situación en la que si no se toma hoy día la voluntad política para hacer los cambios que el país requiere “vamos a ir de mal en peor”.





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