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Ejército abate a Alberto Cano, jefe de las FARC

'Alfonso Cano’, máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua del continente, ha sido muerto por fuerzas gubernamentales en Inguito, zona rural de Suárez, departamento del Cauca, sur del país.

Radio Nederland

  Sábado 5 de noviembre 2011 11:52 hrs. 
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Guillermo Sáenz, que era el nombre verdadero de Cano, de profesión antropólogo, había asumido la jefatura de las FARC hace tres años, tras la muerte del histórico ‘Manuel Marulanda’, y era considerado el agente del ala política de la organización surgida a mediados del siglo pasado como autodefensa liberal campesina, que con el tiempo devino en comunista.

Su muerte bajo ráfagas de helicópteros artillados de las Fuerzas Armadas puso fin a 30 años de lucha guerrillera. Según el Presidente Juan Manuel Santos, es “el más contundente” golpe contra la insurgencia y demostración ”de que el crimen no paga”, por lo que advirtió a los integrantes de las FARC que si no optan por abandonar las armas tarde o temprano “terminarán en un cárcel o en una tumba”.
En tanto el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dijo que la baja de Cano supera en importancia estratégica las de alias Raúl Reyes y Mono Jojoy, muertos en sendos bombardeos en 2008 y 2010.

El operativo
En el preámbulo de la noticia que podría cambiar la correlación de fuerzas en la lucha contrainsurgente en Colombia, un lacónico pronunciamiento del ministerio de Defensa dio cuenta de los combates por tierra y aire contra el Sexto frente de las FARC en el Cauca, departamento en el que el jefe guerrillero se había guarecido en los últimos dos meses, tras huir del que fue durante años su refugio más seguro, en el cañón de Las Hermosas, departamento del Tolima.

Según el parte oficial, “cuatro guerrilleros, entre ellos alias ‘El indio Efraín’, jefe de seguridad del máximo cabecilla de las FARC, alias ‘Alfonso Cano´’, fueron capturados éste viernes en desarrollo de operaciones ofensivas de la Fuerza Pública contra esa organización terrorista”. El ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, apareció ante las cámaras de televisión informando que una también muerta en la operación podría ser ‘la compañera sentimental de Cano’, e hizo un inventario del material incautado: siete computadores, 39 USB y 24 discos duros, dos ametralladoras, 194 millones de pesos, dólares, euros y otras monedas extranjeras. “La actitud de nuestra Fuerza Pública es a la ofensiva y está en todo el territorio nacional”, dijo el ministro.

En tanto, equipos forenses se ocupaban de identificar el cadáver de Cano cuyo rostro, sin la barba que lo caracterizaba, hizo dudar en un primer momento si se trataba o no de él. Finalmente, al borde de la media noche, fue confirmada oficialmente la noticia.

Paz en vilo

En las primeras reacciones, el ex presidente liberal Ernesto Samper (1985/89), dijo que la muerte de Cano abre un espacio de incertidumbre sobre cuál rama de la organización guerrillera se abrirá paso en la cúpula, si la política que agenciaba Cano y otros jefes caídos, como alias Raúl Reyes – en el bombardeo a su campamento e territorio ecuatoriano en marzo de 2008 –, o el sector militarista, y lamentó que su muerte implique interrumpir el proceso de gestiones para la liberación de 21 soldados y policías secuestrados por las FARC, algunos cautivos desde hace más de una década.

A mediados de enero, transcurridos cinco meses del gobierno de Santos, Cano se refirió con cierta benevolencia a dos proyectos de Ley, de iniciativa del Ejecutivo, que cursaban en el Congreso, lo que hizo pensar que con el nuevo gobierno se tenderían puentes de diálogo. Entonces en un video que puso en circulación la organización armada, su jefe afirmó: “Reclamo especial atención alrededor de dos proyectos de ley que hacen trámite en el Parlamento, uno la reparación de las víctimas de la violencia que sufre el país desde hace más de 62 años, y el segundo alrededor de la propiedad y usufructo de la tierra (…). Los dos temas necesitan – y eso lo debemos luchar – bases ciertas y manejos serios, si se pretende contribuir de verdad a la solución del conflicto”.

Este viernes, el alcalde electo de Bogotá, Gustavo Petro, quien militó en la guerrilla del M-19 y depuso las armas en el proceso de paz de 1989, dijo que las FARC han de rectificar su rumbo, pues, “el camino de la guerra sólo ha dejado kilómetros de tumbas”.

De al aulas al monte
A fines de la década de 1970, militando ya en las Juventudes Comunistas Cano como tantos otros de su generación optó por la lucha armada y ‘se fue al monte’, como eufemísticamente se dice en Colombia a enrolarse en la guerrilla.

De entonces lo recuerda quien fue su compañero en las aulas de la Universidad Nacional y de militancia comunista, el cineasta Lisandro Duque: “No era el más guapo, pero se volvía atractivo cuando hablaba. Sabía de política, literatura, historia… de todo. No fue nunca un dirigente ansioso, ni activista de tropeles físicos”, dijo en su momento cuando Cano asumió la dirección de la guerrilla mayoritaria del país.

Ya en armas se formó al lado de Jacobo Arenas, más político que Marulanda quien era el jefe militar, y jugó un papel protagónico en la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, que por los años de 1980 propuso un mecanismo de unidad de acción e independencia política de las organizaciones armadas que por entonces operaban en el país.

Cano se hizo figura visible como negociador en fallidos diálogos de paz con el gobierno del conservador Belisario Betancourt (1982/86), pero fue durante las fracasadas negociaciones entre el también en conservador Andrés Pastrana (1998/2002) que su liderazgo se hizo más evidente, al lanzar el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, cuya jefatura asumió logrando notoria penetración en sectores urbanos.

Muerto en vida
Hace nueve meses Cano pudo ver la noticia de su muerte publicada en el portal informativo La Silla Vacía, que citando fuentes oficiales afirmó lo que después tendría que rectificar: “Cano fue dado de baja hace dos días, pero hasta hoy fue identificado su cadáver. Al parecer estaba con un político que también fue dado de baja”.

Muchas veces y durante décadas diarios y tele informativos registraron noticias tales como ‘Alfonso Cano se salvó de caer en manos de la fuerza pública’, pero este viernes la puntería de numerosos helicópteros artillados sobre la espesa vegetación andina resultó inexorable.

Guillermo Sáenz había nacido el 22 de julio de 1948, en Bogotá, en una familia de clase media, inclinada hacia las ideas conservadoras. Su madre era profesora y su padre agrónomo. Tenía cinco hermanos.

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