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Enfermos por contaminación

Afecciones pulmonares y al corazón son enfermedades comunes relacionadas a la contaminación atmosférica. Actualmente estudios la han relacionado a trastornos cerebrales, aunque no han sido confirmados por la comunidad científica.

Constanza Avila

  Domingo 6 de noviembre 2011 10:09 hrs. 
contaminacion aeropuerto

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Recientes estudios estadounidenses ligan la contaminación atmosférica a enfermedades cerebrales como el Alzheimer y el Parkinson. El Departamento de Neurociencia de la Universidad de Ohio realizó un estudio con roedores expuestos a partículas contaminantes y concluyó que podrían afectar al cerebro, especialmente las zonas concernientes al aprendizaje y la memoria.

La investigación, realizada en conjunto con la Universidad de California, fue difundida en diversos medios internacionales y nacionales. En un diario nacional, la autora del estudio, Laura Fonken, dijo que “los resultados sugieren que la exposición prolongada al aire contaminado puede tener efectos visibles y negativos en el cerebro”.

La neuróloga del hospital Salvador, María Consuelo Burgos, afirma que, si bien los factores de riesgo medioambientales podrían asociarse a las enfermedades neurológicas, no hay estudios que confirmen que dichos riesgos puedan producir daños de forma aislada.

Archibaldo Donoso es neurólogo jefe del Departamento de Neurocirugía del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y miembro fundador de la Corporación Alzheimer Chile, y refuta que exista relación directa entre la contaminación atmosférica y esta enfermedad.

“Si uno estudia las causas probables de la enfermedad del Alzheimer, se han descubierto una serie de factores, como factores inmunológicos, del efecto del beta amiloide, de la proteína tau, etcétera, pero los tóxicos ambientales no parecen tener importancia”, declara Donoso.

“Sin embargo, si pueden existir problemas cerebrales asociados a la contaminación”, aclara el doctor, “hay una serie de productos químicos, como el plomo, el manganeso o el arsénico que pueden provocar daño cerebral, pero se trata de una afección tóxica distinta a las enfermedades del Parkinson o el Alzheimer”.

Una de estas afecciones tóxicas fue la llamada locura mangánica hace media década atrás, producida por la exposición directa de los obreros con el manganeso en dichas minas en el norte, principalmente en la región de Coquimbo. Las malas condiciones higiénicas de las minas de manganeso provocaron en los obreros síntomas como parkinsonismo, pérdida de agilidad, de memoria y una serie de síntomas asociados al delirio. Sin embargo, de “la locura mangánica”, existen actualmente pocos antecedentes en la prensa y en la literatura nacional.

Otro caso emblemático de problemas cerebrales asociado a la exposición a metales tóxicos es el de los niños de la Escuela la Greda de Puchuncaví, quienes han presentado trastornos del aprendizaje luego de estar expuestos a contacto con arsénico y plomo.

“La presencia de plomo produce daño neuroconductual y deja secuelas reproductivas. Hay trabajos muy interesantes que muestran que hay una correlación entre el nivel de plomo en la sangre de los niños con la cantidad que hay en el suelo. Además hay una correlación en las escuelas especiales para los que tienen déficit de aprendizaje que son mucho más frecuentes en aquellas partes que están contaminadas por plomo”, declaró el doctor y académico de la Universidad de Chile Andrei Tchernitchin, especialista en toxicología.

¿Quiénes sufren la contaminación?

Y es que aunque la relación entre exposición a metales pesados y daños neurológicos es evidente, los efectos adversos de la contaminación atmosférica a la que está sometida la mayoría de la población son más difíciles de detectar.

Actualmente, la contaminación atmosférica influye en el 20% de las muertes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), causando dos millones de muertes prematuras al año producto principalmente de neumonías en menores de cinco años. Las muertes por la contaminación atmosférica afectan sobre todo a los habitantes de los países en desarrollo, según arrojó el mismo informe de la OMS.

En Chile, Pudahuel, comuna de bajos recursos, ha sido históricamente la más contaminada por estar emplazada al lado del aeropuerto.

La coordinadora médica del Consultorio Estrella de Pudahuel, Erika Burgos, cuenta que las consultas se copan por enfermedades pulmonares, especialmente en invierno.

“Sin embargo, es difícil saber hasta qué punto es problema de contaminación atmosférica o de recursos y desinformación. Por ejemplo, en invierno, que es cuando más suben las consultas por enfermedades pulmonares, muchos de los niños se enferman, porque son expuestos a estufas a parafina, que son peligrosas, pero más baratas”, explica la doctora Burgos.

Mientras tanto, el ruido de las turbinas de los aviones despegando suenan lejanas en el aeropuerto.

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