De un 33 por ciento en diciembre del 2010 a un 39,3 por ciento el mismo periodo del 2011 aumentó la victimización, es decir, casi un 40 por ciento de los encuestados indicó haber sido asaltado una o más veces. La mayoría de los delitos ocurren en los espacios públicos y se han ido desplazando desde el poniente de la capital a la zona norte.

El crecimiento también se refleja en hogares de todos los sectores socioeconómicos, siendo el alto el más victimizado y el medio donde más aumenta. La re-victimización, es decir la reincidencia en el delito, se tiende a mantener, pero aumenta en aquellos que sufren robos tres o más veces. Así, en los últimos seis meses el 27,4 por ciento de los hogares concentra el 89,5 por ciento de estos delitos.

En Santiago hay un aumento significativo del temor, de casi tres puntos porcentuales, alzándose de forma considerable en el sector socioeconómico alto.

Este año se destaca un cambio en la forma en que se percibe la amenaza. Según explicó el presidente de Adimark, Roberto Méndez, “históricamente hemos visto una relación muy estrecha entre victimización y temor. Las personas atemorizadas son fundamentalmente la gente que ha sido víctima. Lo que vimos en este semestre es que eso se debilitó, no diría que se rompió. La lectura que tiene eso es que el temor se hizo más generalizado, que tiene que ver más con un ambiente, más que con la experiencia directa de la victimización”.

Si bien una de las razones por las que esta encuesta muestra un quiebre sobre la mejoría registrada en 2010 podría atribuirse a las movilizaciones o al clima de conflictividad social, hay otros factores.

El índice de denuncia rompió con el aumento sostenido que tenía desde el 2008, descendiendo desde 62,8 por ciento a 59,7 y también es fuerte la pérdida de confianza en las instituciones. A excepción de la figura del alcalde, todas las autoridades bajan de forma significativa su evaluación en relación a junio del 2012.

Carabineros y la PDI siguen siendo las mejores evaluadas, pero obtienen una nota de cinco, bajando su desempeño. El Gobierno bajó su nota de un 4,3 a un 3,8 este periodo. Los fiscales obtienen un 3,4 bajando en ocho décimas su evaluación, los jueces bajan cuatro décimas y obtienen un tres, mientras que los diputados y senadores descienden del 3,3 al 2,9.

La directora ejecutiva de la Fundación Paz Ciudadana, Javiera Blanco, se refirió a las calificaciones, señalando que “las notas a las que se llega en algunos casos son históricas. Creo que es un llamado de alerta respecto de cómo la gente está percibiendo a las instituciones que tienen que ver con el combate al delito y esa baja confianza también puede permear que la gente esté menos dispuesta a denunciar”.

En este sentido desde Adimark y Paz Ciudadana afirmaron que las pugnas entre las instituciones, como las que se han registrado entre el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter y el Fiscal Nacional, Sabas Chauán, no contribuyen en absoluto a mejorar este panorama y también pueden sumarse a las causas por las que se ha producido este descenso para denunciar el delito.