Marcela González, la joven madre que recibió de urgencia un trasplante de hígado el pasado domingo en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, empeoró su situación y presenta extrema gravedad, esto por un edema cerebral que exige máxima observación ante daño neurológico.

González recibió un hígado luego de sufrir una hepatitis fulminante, cuya espera obligó a ubicar a la paciente en urgencia de la lista de espera. Justamente el tiempo que demoró la llegada de un donante originó problemas en la paciente luego de ser intervenida.

Mónica, de 16 años, permanece en la UCI del Hospital de la Universidad Católica, quien sumó daño neurológico a causa de un edema cerebral, lo que se añade a los problemas de coagulación que presentó una vez trasplantado el hígado de urgencia.

La madre de Mónica González, Tabita Figueroa, declaró a nombre de la familia que mantienen la confianza en que su hija se mantenga con vida, y agradeció las muestras de apoyo recibidas. Durante la tarde, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, visitó a la joven internada.

Mónica González fue intervenida este domingo, una cirugía de nueve horas que obligó una cesárea para salvar una guagua de seis meses, Dominique, que evoluciona satisfactoriamente. En tanto, su madre recibió de buena forma el hígado trasplantado, sin quitar el crítico estado de salud en que se encuentra. Las próximas horas son claves para definir las expectativas de vida de la joven.