“Dada la situación económica actual, el aumento de la producción por algunos países, el nivel de capacidades (de producción) disponibles y la existencia de reservas estratégicas (…), determiné (…) que la producción de petróleo y de productos petroleros de otros países permitía una reducción significativa de la compra de petróleo y de productos petroleros a Irán por o a través de las instituciones financieras extranjeras”, escribió Obama en un memorando difundido por la presidencia.
Esta certificación por el mandatario estadounidense estaba prevista por una ley que él mismo firmó en diciembre. El texto prevé sancionar a las instituciones financieras extranjeras que mantengan relaciones con el Banco Central iraní, que generalmente gestiona el comercio del petróleo de la República Islámica.
El esperado anuncio de la Casa Blanca se produce en momentos en que la cotización del crudo en las plazas mundiales ya se halla sostenida por el nerviosismo que ha ganado a los operadores en relación a la situación iraní. Obama estimó recientemente que la tensión en Medio Oriente ha provocado un aumento de entre 20 y 30 dólares del precio del barril.
En Estados Unidos, el precio de la gasolina en las estaciones de servicio se acerca a sus máximos históricos, lo cual amenaza la recuperación económica y hace a Obama más vulnerable a las presiones de sus adversarios en los meses previos a las elecciones presidenciales, en las que el jefe de Estado intentará obtener un segundo mandato.
El viernes Obama prometió “vigilar de cerca la situación para asegurarnos de que el mercado pueda continuar soportando una reducción de las compras de petróleo y de productos derivados a Irán”.
El 31 de diciembre Obama había promulgado una ley de financiamiento del Pentágono que reforzaba las sanciones contra el sector financiero iraní.
El anuncio del viernes tiene lugar en momentos en que Turquía, uno de los principales aliados de Washington en la región pero que tiene frontera terrestre con Irán, reveló el mismo día que redujo en 20% su abastecimiento en petróleo iraní.
Estados Unidos exceptuó este mes de las sanciones (por 180 días) a once países, 10 miembros de la UE y Japón, pero pidió que reduzcan su dependencia del crudo de Teherán.
Turquía, que no forma parte de ese grupo, pidió que se lo incluyera en la misma disposición.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, se encontraba el viernes en Arabia Saudita, otro país aliado de Washington en la región. Rica en oro negro, Arabia Saudita se comprometió a compensar en parte una reducción de las compras a Irán.
El sábado, Clinton es esperada en Riad para la primera reunión del Foro de Cooperación Estratégica entre Estados Unidos y el Consejo de Cooperación del Golfo, en la que se prevé abordar el caso del programa nuclear iraní.
En total, son 23 países los que importan crudo iraní, entre ellos India, China y Corea del Sur.
La UE anunció a finales de enero su intención de imponer un embargo petrolero gradual y sin precedentes a Irán, mientras que Japón redujo sus importaciones de crudo iraní entre “15% y 22%” durante los últimos seis meses de 2011.