Según la Encuesta de Ocupación y Desocupación en el Gran Santiago, elaborada por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, desde mediados de 2011 que la participación femenina en el mundo laboral viene en aumento, llegando en marzo pasado a un 50, 1 por ciento.
Esta cifra, la mayor en los 55 años en que se realiza el estudio, implica que más de la mitad de las mujeres mayores de 14 años del Gran Santiago se encuentra trabajando o buscando empleo. Sin embargo, aún hay una brecha importante respecto a la participación masculina, que se cifró en un 71,7 por ciento.
Para Jeanette Soto, vicepresidenta del área de la mujer de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), aún existen muchas diferencias, principalmente en cuanto a equidad salarial se refiere, además del cuestionamiento a la calidad de los empleos que se ofrecen.
“Son empleos precarios, no son empleos que realmente hoy la mujer esté en condiciones de tener un trabajo decente y eso es lo que nosotros peleamos. Vamos a seguir peleando por trabajos con contratos, con remuneraciones justas, no son salarios mínimos, porque eso a las mujeres, sobre todo a las jefas de hogar, no les sirve”, aseguró la dirigenta.
Soto señaló que incluso aspectos positivos, como la ampliación del postnatal a seis meses, tiene falencias, puesto que el procedimiento es engorroso.
Por su parte, Teresa Valdés, coordinadora del Observatorio Genero y Equidad, valoró que ha habido un interés y un esfuerzo considerable de las mujeres en insertarse en la fuerza de trabajo, tanto por sus ganas como por las necesidades familiares.
La socióloga recordó que históricamente Chile se ha ubicado como el país de América Latina con la participación femenina más baja, pero que eso se debe, en parte, a que en otros países se consideran como trabajo labores informales que acá no cuentan.
Valdés señaló, no obstante, que aún se necesita una política integral y más medidas para atraer a la mujer al mundo laboral como el aumentar el número de salas cuna, para conciliar el trabajo y la familia, pues no basta sólo con un postnatal de seis meses.
La representante del Observatorio Género y Equidad advirtió, además, que usualmente en la base de la pirámide hay muchas mujeres y a medida que se asciende en jerarquía éstas disminuyen. Otro ejemplo de inequidad, según la profesional, es el actual gabinete ministerial donde se pasó de un 50 por ciento de mujeres en su conformación a sólo un 18.