El diagnóstico se generó luego que el Centro Ecoceanos solicitara al Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) información relacionada con las condiciones sanitarias con las que la compañía salmonera Granja Marina Tornagaleones produce y exporta este recurso pesquero.
La información fue denegada por el director nacional de Sernapesca, Juan Luis Ansoleaga, amparado en un artículo de la ley de Transparencia.
Esta negativa, según el director del Centro Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas, sería una señal de un vicio que caracteriza al conjunto de la industria salmonera del país.
“Es una nueva señal concreta de que la nueva salmonicultura 2.0 que existe en Chile después de la crisis del virus ISA es solo relaciones públicas y propaganda, porque nos sorprende que la empresa Tornagaleones pueda tener este programa de aseguramiento de calidad para exportar, cuando es una empresa que desde el año 2008 a la fecha tiene 9 infracciones a la Ley General de Pesca y Acuicultura”, señaló el ambientalista.
Además, la mencionada compañía tiene infracciones al reglamento sanitario que regula la actividad de salmonicultura, según añadió Cárdenas.
Sumado a estas infracciones, el director del Centro Ecoceanos informó que han recibido denuncias del incumplimiento de programas sanitarios en los centros de cultivos de Tornagaleones, a lo que se agrega que esta empresa no acredita la procedencia de sus recursos salmoneros y cultiva recursos hidrobiológicos sin cumplir con los programas sanitarios del Sernapesca.
Por ello es que Juan Carlos Cárdenas afirmó que la gestión en la producción y explotación de recursos pesqueros por parte de esta empresa sería un comportamiento que se repetiría en el conjunto de la industria salmonera.“Pensamos que Tornagaleones es la punta del iceberg de la industria salmonera en nuestro país y que una parte importante de las compañías no están respetando, porque el Estado no tiene ninguna capacidad de fiscalización real in situ y porque están en un proceso de expansión que se evidencia en un crecimiento que está duplicando las producciones año a año”, aseguró
Esto incluiría que parte importante de la industria está operando sin respetar la regulación de la ley general de pesca y el reglamento de acuicultura, según manifestó Cárdenas.
“A menor superficie cultivable y a un gran salto en la producción y exportación de salmones, que estamos ya llegando al volumen de producción que había previo a la crisis del virus ISA, la única explicación de que esto se esté haciendo con situaciones de producción y no respeto a las regulaciones sanitarias. Queremos demostrar que la nueva salmonicultura 2.0 que el Gobierno señala está repitiendo el mismo padrón que llevó a la crisis a la industria salmonera entre 2007 y 2010”, indicó el director de la organización ambiental.
A este diagnóstico se agrega el crecimiento exponencial de la producción y exportación de salmón y truchas, aún sin habilitarse la totalidad de las nuevas concesiones en la región de Magallanes y existiendo una diminución de los centros productivos que habían en Aysén y Chiloé.
Un escenario que se avizora nefasto debido al nulo aporte del Sernapesca como organismo fiscalizador, donde incluso el control de los desembarques pesqueros lo hacen empresas externas pagadas por las propias compañías que explotan los recursos.
Algo que demuestra cómo el Estado se desentiende de la fiscalización y control de la explotación de los recursos pesqueros, sentenció el director ejecutivo de Ecoceanos.