El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, llamó a la comunidad internacional a convocar una urgente conferencia de paz sobre Siria para impulsar el cumplimiento del plan del mediador de la ONU, Kofi Annan.
“Cuanto antes mejor, Siria se encuentra al borde de una guerra civil a gran escala. La oposición no cumple el punto sobre el cese de la violencia y el Gobierno tampoco”, señaló.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, apoyó “en principio” la conferencia de paz si ésta “lleva a un cambio y no sirve solamente para comprar tiempo para que el régimen mate a más gente”. El titular de Exteriores afirmó, además, que no se puede descartar una intervención militar en Siria y afirmó que está “al borde de una guerra civil sectaria” comparando la situación a la de Bosnia Herzegovina en los años 90.
La posición de Rusia rompió la inercia al abrirse por primera vez a la posibilidad de que Bashar el Assad abandone el poder. La propuesta, en todo caso, ha sido considerada digna de análisis con la condición de que no implique una jugada para hacerle ganar tiempo al régimen sirio.