Ante los diversos cuestionamientos que han surgido por las irregularidades en las que ha incurrido la Universidad del Mar, este martes la Fundación Progresa y el ex candidato presidencial Marco Enríquez Ominami entregaron una nueva propuesta de acreditación universitaria.
Cabe señalar que el propio ministro de Educación, Harald Beyer, reconoció los graves errores de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y aseguró que debe ser modificada por su composición corporativista.
La directora ejecutiva de la fundación, Patricia Morales, afirmó que el actual sistema, al que están sujetos el otorgamiento de créditos y fondos concursables, tiene numerosas falencias, como el hecho de ser voluntario, externalizado a agencias pagadas por las propias universidades y que muchas veces lleve a confusión a los estudiantes.
Por ello, Patricia Morales sostuvo que la propuesta de Progresa para certificar la calidad de la enseñanza universitaria es que el proceso sea obligatorio y que la institución que no cuente con acreditación no pueda estar facultada para funcionar.
Además, se plantean tres tipos de acreditación, para pregrado, postgrado e investigación, que aseguren una buena gestión, calidad de la enseñanza e infraestructura suficiente, y que la agencia que entregue la certificación sea externa y designada por el Ministerio de Educación.
Finalmente, desde la fundación proponen que la acreditación dure diez años y que transcurrido este período se fomente la aprobación para los siguientes niveles.
Patricia Morales recalcó que lo acontecido en las últimas semanas es una oportunidad para realizar un cambio en este sentido.
“Lo que está pasando en la Universidad del Mar es una oportunidad para revisar el proceso de acreditación, me parece que nadie puede hablar de calidad de la Educación Superior si es que no se está revisando cuál es el rol de la Comisión Nacional de Acreditación, el rol de las agencias. Yo creo que está la coyuntura. Nosotros una vez más hacemos un llamado a que el ministerio de educación impulse este tipo de reforma”, explicó la directora de la fundación.
Por su parte, Enríquez-Ominami destacó la importancia de que las universidades sean tridimensionales, es decir, que tengan docencia, extensión e investigación, y no empresas de servicio educativo como actualmente ocurre en el país.
En este sentido, el ex diputado responsabilizó al actual sistema de acreditación, afirmando que “la Ley de Acreditación ha permitido este mall de universidades y efectivamente la lógica de la oferta y la demanda existe un agente interventor que es la Comisión Nacional de Acreditación. Proponemos rigidizar las cosas, cambiar las reglas y quitarle justamente flexibilidad mal entendida, tenemos que ser un poco más exigentes. No es aceptable que a los estudiantes se les apliquen las reglas draconianas, vía crédito, reglas académicas supuestamente exigentes. Las universidades tienen francamente un sistema laxo, lleno de conflictos y francamente ineficiente. Cabe señalar que ninguna universidad chilena está relacionada con las universidades del mundo y las dos únicas que están cerca de esa cifra, son públicas”.
Enríquez-Ominami anunció que le harán llegar esta propuesta a los legisladores y federaciones estudiantiles, así como darla a conocer en las redes sociales.