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“Too Big to Fail”

Columna de opinión por Roberto Meza
Jueves 14 de junio 2012 12:09 hrs.


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Luego del masivo préstamo-rescate de 100 mil millones de euros de la UE a la banca de España, se ha puesto en la fila Chipre y el mercado espera que siga Italia. Y aunque el tamaño de la economía chipriota es insignificante respecto de España o Italia, constituye otra señal de que el sistema financiero europeo no saldrá de la crisis, sino mediante una solución política global que involucre a todas las naciones ricas del mundo.

Según medios europeos, el gobierno de Chipre podría haber notificado ya a Bruselas su intención de recurrir al fondo de rescate para sanear su aparato financiero. Los rumores dicen que la petición se produciría entre hoy jueves 14 o mañana. Otras fuentes afirman que podría haber solicitado un préstamo bilateral a Moscú -en lugar de a la UE- por 5 mil millones de euros, el que se agregaría a otro solicitado el año pasado por 2.500 millones de euros.

Así, a los rescates de Irlanda, Grecia, Portugal y España se sumarían los de Chipre e incluso Italia, país al que Alemania ya advirtió como nueva víctima, razones que explican la oscilante reacción del mercado tras conocerse el rescate de España: primero optimismo, haciendo subir las bolsas y luego, pesimismo, llevándolas nuevamente abajo.

Y no es para menos. La consecución del préstamo-rescate hispano no fue miel sobre hojuelas, pues, según los medios, en un momento de la reunión con la UE para conseguir el crédito, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, envió un SMS a su ministro de Economía, Luis De Guindos, para animarlo, indicándole: “Aguanta. Somos la cuarta potencia de Europa. España no es Uganda”. Al parecer, el encuentro fue tenso e ingrato: países como Holanda, Austria, Finlandia y Estonia habrían sostenido una postura inflexible, mientras que Francia e Italia le brindaban apoyo. Tras el SMS de Rajoy, De Guindos habría amenazado con que el default de Madrid tenía un costo paneuropeo de 500 mil millones euros y haría caer a Italia, que necesitaría otros 700 mil millones de para ser rescatada.

Según el Gobierno hispano, la ayuda europea se destinará a sanear la banca y no implicará nuevos ajustes fiscales. Los recursos incluyen un margen de seguridad por si hay imprevistos y el ajuste sólo afectará al sector financiero, mediante un proceso de refundación. El agente intermediario entre el gobierno y los bancos, antes del desembolso, será el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ente público que depende del Ministerio de Economía y que cuenta con aval ilimitado del Estado, con lo cual Madrid se hace cargo del proceso y será el responsable último de las amortizaciones y pago de intereses.

Pero las inyecciones del FROB podrán ser en forma de capital o de bonos convertibles en acciones de los bancos reestructurados, lo que permite prever la estatización de varias entidades más después de Bankia, pues, a los costos actuales de capital, las entidades en problemas no tienen capacidad de generación de beneficios para afrontar los intereses. BFA-Bankia tuvo que ser nacionalizado por no poder pagar los intereses de 4.465 millones de euros en participaciones preferentes. Lo más probable es, en consecuencia, que se cumplan las previsiones del presidente del BBVA, Francisco González, quien auguró que de 60 bancos, el sistema financiero español quedara reducido a unos 10, tras las mega-fusiones.

Mientras tanto,  la oficina de estadísticas italiana ISTAT informó que la producción industrial de abril pasado mostró una caída interanual del -9,2%, mayor que la de España y uno de los peores registros en 22 años. En caso de solicitarlo, Italia tiene necesidades de capital de entre 400 y 500 mil millones de euros, lo que sumado a las de España, que debe cubrir unos 500 mil millones de euros en los próximos tres años (el 50% del PIB) ambas necesitan de más de un millón de millones de euros, una cantidad no disponible en el sistema.

Pero tampoco la salida del euro es solución, pues, en el caso griego, el nuevo dracma perdería entre 50% y 60% de su valor y la deuda pública que llega al 160% del PIB se duplicaría o triplicaría, obligándola a un impago masivo que generaría una caída en cascada, arrastrando a toda la periferia europea, poniendo fin al euro y llevando a situación crítica a Alemania. Por eso, Berlín está apuntando a la unión política y fiscal para fortalecer la económica. La unión política obligaría a los 17 países de la zona euro a entregar parte de su soberanía a la jefatura del núcleo europeo, que controlaría la mayor parte de los impuestos y gastos de los países, hecho que exige una compleja interacción de los Gobiernos y un control supranacional de los mercados. ¿Será posible?

La demora en soluciones políticas en Europa puede explicar parte de la actual crisis. Tras la quiebra de Lehman Brothers, en 2008, Inglaterra le inyectó 47 mil millones de euros a tres de sus bancos al borde de la quiebra: RBS, Lloyd´s y HBOS. En Alemania, en tanto, el rescate de su banca superó los 480 mil millones de euros procedentes del banco central. Pero la mayor inyección de dinero público hacia la banca tuvo lugar en EE.UU.: 444 bancos y empresas norteamericanas fueron rescatados por el gobierno con una inyección histórica de 700 mil millones de dólares. Y se espera que la FED siga realizando nuevas intervenciones.

Too big to fail” (demasiado grande para caer) sería la frase que describe el momento. Sólo queda ahora como incógnita el resultado de las elecciones que Grecia celebra este fin de semana y su hipotética salida del euro. Si finalmente el gobierno elegido adopta tal decisión, según Reuters habrá “corralito”, para impedir la descapitalización completa del país, con limitación de retiros máximos en efectivo de cajeros y el cierre de fronteras a los ciudadanos griegos hacia el resto de Europa, suspendiendo el Tratado de Schengen, cuyo objetivo era terminar con los controles fronterizos en la Eurozona. ¿Resistirá Europa más tiempo?

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.