La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dio a conocer el Informe Macroeconómico de junio de 2012 sobre la región, donde se observa que se mantiene una previsión de crecimiento para la zona en un 3,7% para el año completo, tasa de desaceleración menor al 4,3% del 2011.
El estudio detalla que en el primer trimestre del año se detuvo e invirtió parcialmente la tendencia e incluso se observó un crecimiento importante en algunos países, dando Paraguay el único número negativo a causa de efectos climáticos en su producción agrícola.
Respecto del comportamiento económico en la región, el director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, Juan Alberto Fuentes, señaló “el mensaje principal es que a pesar de que hubo una desaceleración relativamente fuerte de la economía de la región en su conjunto en el segundo semestre del año pasado, esa desaceleración se detuvo, aunque hay variaciones entre países con algunos países con cierta aceleración más fuerte, como es el caso de Argentina, por ejemplo, pero con otros que aunque haya cierta desaceleración como es el caso de Chile, todavía no tienen una tasa de crecimiento relativamente alta”.
Principalmente el crecimiento se ve asociado al aumento de la demanda interna, liderando el dinamismo de la actividad, los sectores de servicios y particularmente el comercio.
Esto explica en mayor parte el alza del Producto Interno Bruto de la región, evolucionando favorablemente las tasas de empleo y salarios.
Aún así, se puede notar una desaceleración en las exportaciones, principalmente determinada por la baja demanda de productos del exterior; en un escenario mundial marcado por la incertidumbre de la zona del Euro y la crisis en Grecia; el precario crecimiento de Estados Unidos; y la desaceleración en India y China.
Ante todo esto, la CEPAL prevé un aumento del comercio internacional en tasas menores al 2011. Tampoco se descarta un escenario más adverso, que a pesar de ser menos probable, podría significar una interrupción de flujos financieros hacia la región y suspensión de líneas de créditos bancarias hacia el exterior.
Según Fuentes, este sería un escenario menos probable que debiera abordarse con políticas macroeconómicas, en algunos casos contracíclicas, por parte de los países.
En este sentido, el funcionario del organismo dependiente de la ONU señaló “estamos suponiendo que se mantiene este escenario de cierta incertidumbre, pero sin un cataclismo. Uno podría contemplar un segundo escenario similar al que se vivió en 2008 y 2009. En ese caso, nuestras previsiones sí cambiarían, ya que sería un escenario con una reducción de exportaciones fuerte, con una reducción de flujos financieros, con mucho mayor volatilidad. En ese caso, ya dependería mucho de nuevas políticas macro económicas que tendrían que adoptar los países, pero creemos que ese es un escenario todavía menos probable”.
De todas maneras, el informe finaliza concluyendo que existen condiciones para emprender acciones sin afectar la sostenibilidad de las finanzas públicas y externas, moderando las consecuencias para el crecimiento.
A esto, deberían sumarse apoyos financieros externos, de organismos regionales y multilaterales, para evitar un agravamiento del desempleo y la pobreza.