Más de 15 mil periodistas y sobre 13 mil 500 deportistas de 205 países se han tomado la capital inglesa en la trigésima versión de los Juegos Olímpicos.
Respecto de la seguridad montada por la organización del evento deportivo, se habla de más de 500 millones de dólares invertidos, 22 mil efectivos policiales y del Ejército. De hecho, a última hora reclutaron a tres mil 500 militares que se encontraban en Afganistán para cubrir las zonas más complejas, que son los accesos.
El aeropuerto es permanentemente vigilado por helicópteros, la Villa Olímpica está custodiada sólo por militares que son los encargados de dar las órdenes y lo mismo ocurre en las estaciones de metro. Todo para evitar que nada malo ocurra en los 21 días de los Juegos Olímpicos.
A las 14:00 hora local (9:00 en Chile) se realizó el juramento a la bandera de la delegación chilena, que cuenta actualmente con doce deportistas, incluidos entre ellos la abanderada nacional, la tiradora con arco Denisse Van Lamoen, la nadadora Kristel Köbrich, el gimnasta Tomás González y la triatleta Bárbara Riveros, deportistas que, al menos por lógica, deberían entrar a una final olímpica.
Tal como estaba previsto, en la ceremonia participaron también las delegaciones deportivas de Croacia, Omán y Suiza.
El representativo nacional que participa de esta ceremonia tradicional de los Juegos Olímpicos está formada por veinte personas, entre deportistas y delegados y donde hasta el momento han arribado a la Villa Olímpica diez deportistas.
Dentro del protocolo que contempla la ceremonia, cada 60 minutos se presenta una obra artística en la que se pueden ver algunos rasgos característicos de la cultura inglesa, como forma de dar la bienvenida a los países en competencia, invitándolos al juego limpio.
Luego de la interpretación del himno de Croacia llegó el turno de la interpretación del himno chileno, que dio paso a la toma del juramento a la bandera a la delegación nacional.