Hace dos meses, tres menores mapuches de la Comunidad Autónoma de Temucuicui fueron baleados a las afueras del hospital de Collipulli. La noticia remeció al mundo mapuche y los representantes en Santiago de la Alianza Territorial, cuparon las dependencias del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) a modo de protesta.

La información no tuvo mayor impacto y cobertura a nivel nacional, así como el baleo propiamente tal y la posterior ocupación de Unicef, la que se extendió por 39 días y en la que una de las voceras inició una huelga de hambre para exigir al organismo internacional una actitud activa para exigir que no se sigan vulnerando los derechos de los menores.

Sin embargo, según el candidato a doctorado en Ciencias en Salud Colectiva de la Universidad Autónoma Metropolitana de México (UAM), Andrés Cuyul, el silencio fue solo al interior del país, ya que la noticia sí tuvo eco a nivel internacional y las organizaciones de apoyo a los comuneros en otros países se organizaron.

“Desde el exterior se ve claramente una mezcla de impunidad y racismo hacia niños que están en un contexto de protesta social,  de reivindicación política y también cultural de sus comunidades. Lo que nos preocupa es que hoy ya no son solamente acciones en contra de dirigentes del pueblo mapuche, sino que están atacando, como se dice, a la semilla”, explicó Cuyul.

El dirigente mapuche, afirmó que, siguiendo la lógica colonial, el Estado Chileno buscaría dominar al pueblo originario a través de la asimilación, con medidas de corte asistencialista, sosteniendo que como éstas no funcionan, la táctica ha sido criminalizar la protesta y judicializar las causas para perseguir a los líderes, además de militarizar el territorio para intimidarlos.

Cuyul agregó que, a nivel internacional, no se puede creer que Chile,  pese a su imagen de desarrollo y prosperidad económica, tenga aún estas prácticas y que ni siquiera reconozca a nivel constitucional a sus pueblos indígenas. “Por dar sólo un ejemplo, Argentina en los ‘90 ratificó el Convenio 169 de la OIT, mientras Chile lo hizo hace sólo un par de años atrás”, afirmó, añadiendo que el país está sumamente atrasado en esta materia en comparación con el resto de América Latina.

Para Margarita Ortiz Caripán, quien cursa una maestría en Estudios Latinoamericanos en la misma casa de estudios mexicana, esto se debe al afán de las autoridades de ocultar el tema, lo que logran con el apoyo de los “medios de comunicación tradicionales”.

“Continuamente se crean cortinas de humo en torno a los temas de violencia y protesta social que hay en Chile, cuando protestan los estudiantes, los mapuches. Siempre va a haber otra cosa ‘más importante’ que sale en los medios de comunicación que las mismas protestas, la violencia que están sufriendo los jóvenes. Por eso, uno de los motivos de la manifestación es dar cuenta que también nos estamos informando, pese a las barreras de los medios de comunicación que hay en Chile”, aseguró la experta.

Por todas estas razones, los estudiantes mapuches en México, junto a una serie de organizaciones sociales que solidarizaron con la causa, se reunieron en la Embajada de Chile para mostrar su indignación.

Esta es la primera de una serie de actividades, que contemplan marchas, foros y seminarios y que tienen la finalidad de romper el cerco mediático e instar a otras naciones a pronunciarse sobre lo que está ocurriendo en Chile, para avanzar a nivel continental hacia una cultura de pleno respeto y reconocimiento de nuestras raíces.