Al grito de “¡banqueros asesinos!”, cientos de personas se manifestaron el viernes en Madrid tras el suicidio de una mujer en el País Vasco (norte) cuando iba a ser desalojada de su vivienda, el segundo en 15 días en España.
También hubo manifestaciones en Barakaldo, la ciudad vasca en la que una mujer de 53 años, Amalia Egaña, una exedil socialista, se suicidó, según la policía vasca, “cuando los ujieres judiciales iban a echarla de su casa”.
Ante esta situación, el gobierno anunció que presentaría el lunes propuestas a la oposición socialista para pactar medidas de urgencia que frenen los desahucios y protejan a las poblaciones más vulnerables.
“Espero que podamos hablar el lunes de la paralización temporal de desahucios que afectan a las familias más vulnerables”, declaró el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, en Lleida, Cataluña, en un mitin político.
“Estos días vemos cosas terribles, situaciones inhumanas, una persona se ha suicidado cuando la iban a desahuciar”, constató, hablando en una manifestación de apoyo la candidata de su partido para las elecciones del 25 de noviembre en la región.
“Es un tema difícil, que hay que tomárselo con toda la seriedad y humanidad. El gobierno está hablando con muchas personas, hemos hablado esta mañana con el PSOE”, explicó un Rajoy urgido por los ribetes humanos dramáticos que adquiere la crisis española.
Hay que “aplicar mejor el código de buenas prácticas, para que se pueda renegociar la deuda y permanecer en la vivienda. Es un tema difícil, espero que pronto podamos darle buenas noticias al conjunto de los españoles”, prometió el presidente de gobierno.
Las asociacionesque luchancontra los desalojoscritican duramente la ley actual,que permite que muchos propietarios queno pueden con sus créditos sean desalojadosde sus hogares al tiempo que deben seguir pagando sus préstamosa los bancos.
Un reciente informeescrito porvarios magistradosdenunció la aplicación de “procedimientos jurídicos extremadamenteagresivos” de desalojo, contra deudores”indefensos”.
“¡Culpables! ¡Culpables!”, “¡Vergüenza! ¡Vergüenza!” gritaban los manifestantes en Madrid, que denunciaban a los bancos (como Bankia, recientemente nacionalizada y reflotada por los contribuyentes) que siguen expulsando a los propietarios golpeados por el desempleo y la crisis.
Cientos de manifestantes se unieron la noche del viernes al grupo de propietarios arruinados y amenazados de expulsión que acampan desde el 22 de octubre en el centro de la capital española ante Caja Madrid, una de las cajas que se fusionaron para formar Bankia.
“Estafa hipotecaria”, rezaba una pancarta colgada delante del banco.
“Bankia engaña, estafa y echa a la gente de su casa”, se podía leer en las pancartas, que agitaban los manifestantes que guardaron un minuto de silencio.
La suicida de Barakaldo es la segunda víctima de la ola de desahucios que recorre a una España en recesión, donde uno de cuatro activos se encuentra desempleado. El 25 de octubre, un hombre, José Luis Domingo, se quitó la vida en Granada (sur), cuando iba a ser desalojado de su vivienda.
Con 350.000 propietarios demasiado endeudados desalojados desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, este fenómeno es una de las manifestaciones más temidas por la crisis económica en España.