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Análisis internacional

Chávez a la distancia

Las elecciones para Gobernadores en Venezuela mostraron la influencia del alicaído Hugo Chávez en materia electoral, bajo cuya impronta el partido Socialista Unido de Venezuela triunfó en 20 de las 23 gobernaciones del país llanero generando un marco político de fuerte apoyo a la nueva etapa que debe iniciar el chavismo con Chávez o sin él. Todo mientras el próximo 10 de enero finalmente se sabrá si el mandatario asumirá o no un nuevo periodo a la cabeza de su país.

Pablo Jofré

  Viernes 28 de diciembre 2012 19:05 hrs. 
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Las elecciones del pasado 16 de diciembre mostraron, al margen de la alta abstención – cercana al 50% – comparada con las presidenciales de octubre pasado – que Venezuela se tiño de “rojito” como anunció triunfante el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que celebró alborozado la conquista de 20 de los 23 Gobernaciones del más nortino de los países sudamericanos.

El analista Juan Carlos Monedero frente a esta realidad señala “La presencia de Chávez en La Habana, recuperándose de la intervención, lejos de ayudar a la oposición (así lo habían manifestado ellos mismos) ha servido para reforzar al PSUV y a los demás partidos del Polo Patriótico. La oposición ha vuelto a ser revolcada ya que de 23 gobernaciones, los seguidores de Chávez han ganado en 20 estados, haciéndose incluso con la gobernación en el de Zulia, el estado petrolero, bastión de la oposición, desde el que salió la aspiración a sacar a Chávez de Miraflores”

Once de los 20 gobernadores son ex militares, compañeros de armas de Chávez que  dieron pábulo al análisis respecto al por qué de este triunfo, incluso de nombres que no eran originarios de los estados donde participaron, como fue el caso de Henry Rangel en el Estado de Trujillo y de Tareck el Aissami en el Estado de Aragua, para la BBC de Londres, por ejemplo, tal situación se debería “al mero aval del presidente Hugo Chávez es de hecho un factor electoral determinante y sin descartar, próximamente una elección presidencial con un candidato que no sea el reelecto mandatario, el análisis opositor puede ser de lo más pesimista”.

Y se habla de pesimismo, a pesar que el ex candidato de la derecha venezolana Henrique Capriles fue reelecto en el Estado de Miranda – considerado  la joya de la Corona – consiguiendo un triunfo pírrico pues la Mesa de Unidad Nacional, que agrupaba a la oposición perdió 4 de los 7 estados que dominaba. Capriles, al entender del cientista político Luís Vicente León de Datanálisis, ratificó con su  triunfo el liderazgo nacional conseguido a fuerza de la dispersión de nombres de la oposición y lo señala como la única figura capaz de enfrentar al chavismo.

El periodista argentino Atilio Borón de Página 12 señala frente al triunfo del PSUV que “La derecha esperaba que, ante la enfermedad de Chávez, cundiera el desaliento y la resignación que harían morder el polvo de la derrota a los bolivarianos. Ocurrió exactamente lo contrario: el chavismo avanzó en los grandes bastiones de la oposición, que sólo pudo retener tres de los siete estados que antes controlaba. Triunfó en Zulia, emporio petrolero y el Estado con mayor población, y en Carabobo, núcleo industrial del país. Aparte se alzó con la victoria en Táchira, estado fronterizo con Colombia y ruta preferencial de paramilitares y narcos…y en Miranda el ex candidato presidencial Henrique Capriles ni siquiera mantuvo su caudal electoral: reduciendo el margen de su victoria y poniéndole cierto freno a su apuesta de transformar su protagonismo en la reciente pugna presidencial en el trampolín definitivo que lo instale como la única y excluyente carta opositora en el caso de que Chávez no asumiera la presidencia el próximo 10 de enero”

Para Atilio Borón una de las principales lecciones que se puede extraer de las elecciones del pasado 16 de diciembre es que “las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que tuvieron lugar a lo largo de catorce años de hegemonía chavista han tenido un calado tan hondo que aun en ausencia del líder histórico y fundador del movimiento sus voceros y sucesores están en condiciones de derrotar ampliamente a sus adversarios y lo seguirán haciendo esté el líder bolivariano o no esté”.

Una fecha clave

A pesar de los esfuerzos médicos y la propia voluntad del reelecto mandatario venezolano Hugo Chávez Frías de asumir el día 10 de enero de 2013 su nuevo mandato presidencial, tal como lo señala la constitución bolivariana, lo cierto es que parece improbable que el incombustible Comandante esté en condiciones de entrar en el Palacio de Miraflores para su cuarto mandato, lo que pondrá en ejercicio entonces, un enmarañado engranaje de sucesión constitucional.

En efecto, si Chávez no asume el día 10 de enero, será entonces  el actual presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello quien ocupará transitoriamente el sillón de Bolivar, con el deber de convocar a elecciones presidenciales en 30 días. Si a pesar de todos los pronósticos, Chávez se levanta de su reposo médico – en La Habana o en Caracas,  subsanadas las dificultades derivadas de su cuarta operación del cáncer que lo aqueja – y toma posesión del mando para posteriormente seguir con su postoperatorio, tomaría posesión el actual Vicepresidente Nicolás Maduro por un plazo de 90 días, prorrogable, vía autorización de la Asamblea nacional , para posteriormente llamar a elecciones presidenciales. En ese escenario, el PSDUV y Chávez han señalado que su candidato presidencial es Nicolás maduro, que se la jugarán por el triunfo de Maduro, para consolidar así la unidad del chavismo tras la figura de un líder enfermo pero ejerciendo su liderazgo tras el trono.

En cambio, si  Chávez, por obra y gracia de algún ángel protector asume y continúa su mandato hasta cumplir cuatro años y recae, entonces ocupa la presidencia el Vicepresidente Nicolás Maduro  para terminar el sexenio. El chavismo se juega por las dos últimas opciones, prefiriendo, claramente, que sea Chávez quien jure y continúe una labor de cambio como ente aglutinador de las tendencias que conmueven a las huestes bolivarianas y claramente vislumbradas en las figuras de Nicolás Maduro y Diosdado cabello.

Para el analista Milton D´Leon “es claro que la designación de Nicolás Maduro como Vicepresidente estaba pensada para una etapa post-chavista. Que Chávez sacara a Maduro de su designación como candidato a gobernador de Carabobo, así como también que saliera Diosdado Cabello como candidato a gobernador por el Estado Monagas, para mantenerse en la presidencia de la Asamblea Nacional, y la ubicación de Elías Jaua de Vicepresidente a candidato a gobernador por el importante estado Miranda, no dejan lugar a dudas del sentido de los movimientos que realizaba Chávez, dando inicio a una transición que venía siendo discutida, pero cuya decisión venía siendo postergada, nombrando a un sucesor y tratando de mantener unificado al PSUV y a las Fuerzas Armadas. La nominación de Maduro como sucesor no se debe solo al hecho de que sea un hombre fiel a Chávez o que le pueda dar continuidad al proyecto chavista, sino que en la posibilidad de un proceso de  transición post Chávez actúe como bisagra o consenso entre las distintas facciones de fuerza dentro del chavismo”.

Esos grupos están representados por Diosdado Cabello, de gran poder dentro del PSUV y con gran influencia en las Fuerzas Armadas. También, el ala política signada por la figura del ex Vicepresidente de la República, Elías Jaua, quien tiene roces con Cabello.  A ello se suma la figura del hermano de Chávez, Adán, candidato a gobernador por el Estado de Barinas con gran peso regional y con llegada a sectores de las FF.AA y considerado un cercano a Cuba y, finalmente  afirma D ‘León se adiciona la figura del delfín “Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores – Procuradora de la República, de fuerza en el PSUV, entre el sindicalismo chavista, próximo a Cuba, y no mal visto por las Fuerzas Armadas. Todo esto sin nombrar a todo un abanico de facciones de relativa importancia o de menor envergadura,  sin dejar de mencionar a movimientos aguas abajo de las filas chavistas, donde incluso conviven grupos armados que existen en las barriadas populares de Caracas y otras ciudades”.

La enfermedad de Chávez y lo que vendrá no sólo causa preocupación al interior de Venezuela, sino también su entorno inmediato. Para el presidente colombiano Juan Manuel Santos “Chávez es un factor de estabilidad en este momento, podemos estar en acuerdo o desacuerdo y lo estoy en una inmensa mayoría de cosas que él propone para su país y que yo no lo haría para el mío pero tenemos muy buena relación. Nos respetamos en nuestras diferencias y yo tengo que reconocer que esa relación buena que tengo con Chávez ha sido buena para Venezuela, buena para Colombia y buena para la región y eso hay que mantenerlo y ojalá se mantenga ya sea con Chávez o con su reemplazo”.

El analista del Diario la Jornada de México, Guillermo Almeyra suma a lo señalado el factor regional “Venezuela, como motor de la integración sudamericana y en buena parte su financiador ejerce también enorme influencia en áreas más al norte. Cuba, Nicaragua y varios países del Caribe dependen del petróleo subsidiado que les otorga la Venezuela bolivariana. Esos negocios y aquellos que se tienen con Argentina, Bolivia y Ecuador correrían claro peligro en caso que la sucesión de Chávez sea la derecha venezolana”.

Esa derecha, según consignan la mayoría de los análisis está esperando que Chávez no asuma el día 10 de enero,  para así exigir el cumplimiento de la misma constitución de la cual reniegan y que al asumir el Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, este llama a elecciones en 30 días. Frente a esa posibilidad el mismo Diosdado Cabello señaló a medios extranjeros que “El PSUV no trabaja sobre la hipótesis de que el presidente Hugo Chávez no pueda asumir su nuevo mandato pero, pienso que no debería descartarse un aplazamiento de la asunción. No se puede someter la decisión de todo un pueblo a un solo día, por más que lo diga la Constitución. No se puede interpretar una ley con rigidez. Seguramente la oposición estará esperando el 10 de enero para presentarse ante el Tribunal Supremo de Justicia con la Constitución y pedir que se cumpla con esa letra, pero yo creo que hay que interpretar las leyes positivamente” concluyo Cabello. Ante esta posibilidad la oposición ha anunciado que la impugnará nacional e internacionalmente. Argumentan que no se trata de jugar con la salud de una persona pero sí de cumplir lo que la ley prescribe.

Las opiniones opositoras se expresan a tambor batiente y se ejemplifican en un artículo del periodista del Diario El Universal Alexander Cambero quien afirma “El presidente  Chávez enfrenta la peor de las batallas: un persistente cáncer lo ha obligado a recurrir a la alternativa que brinda la cirugía hasta en cuatro oportunidades. Todo un traumático proceso de cuidados y posoperatorios, que socavan no solo la parte física del paciente sino los equilibrios emocionales. Una enconada refriega diaria para permanecer vivo y en condiciones estables y donde tuvo que emplearse a fondo ante el ímpetu arrollador de Henrique Capriles Radonski, quien prácticamente lo obligó a salir del agujero, en un ciclópeo esfuerzo de campaña que terminó de minar sus exiguas fuerzas… No somos quiénes para alegrarnos de su desgracia, no respondemos al mal con su misma carga perniciosa. Ojalá se cure para que pueda ir al tribunal de La Haya a responder por tantos hechos en donde su acción fue en desmedro de inocentes venezolanos. Allá está el banquillo de fina madera libanesa del siglo VIII esperando por su nuevo ocupante”.

Cambero resume  el sentimiento y la conducta de una oposición definida como virulenta por el gobierno, que  tiene como objetivo a un Chávez que lucha contra el Cáncer y un Movimiento político que trata de reordenar sus filas en caso que el incombustible Comandante no pueda tomar posesión del cargo el día 10 de enero, encontrando en ello la posibilidad que se les ha negado en las urnas. Cambero es la expresión de lo que medios de comunicación, radios, televisoras y los partidos de la MUD piensan de Chávez y el chavismo, sin esconder el odio profundo que les genera este “mestizo verborreico” como suelen definirlo en los círculos opositores.

El proceso de cambios en Venezuela ha mostrado, con expresión electoral en 15 contiendas de las cuáles el chavismo ha triunfado en catorce, que  cuando la hegemonía electoral está asentada sobre la base de transformaciones no sólo observables sino que vidas por una gran mayoría de la población o que aún están en curso como es el caso de Venezuela, la correlación de fuerzas se va dibujando a favor de las fuerzas de gobierno.

Por ello se entiende y no ha estado en los cálculos de la MUD, ni en los análisis de gobiernos opositores al chavismo,  que la ausencia del enfermo mandatario, más que un elemento a considerar en contra significó un catalizador para redoblar esfuerzos en la consolidación de un poder en todas las esferas políticas del país llanero. Hoy se advierte en los círculos chavistas que derrotados en las urnas presidenciales y de gobernaciones y aún más en materia de apoyo social, la oposición prepara su ofensiva en el plano de exigir el cumplimiento de lo que ordene la constitución, apelando en ello a que la enfermedad de Chávez no tenga posibilidades de tenerlo en el palacio de Miraflores y se tenga que llamar a elecciones para el día 11 de febrero de 2013.

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