Algo de ese inicio de la madre de todas las batallas fue anunciado en cadena nacional el día 8 de diciembre del año 2012 cuando se preparaba para su cuarta intervención quirúrgica en Cuba y que hoy, tras un bregar con fuerza de voluntad, con el apoyo de equipos médicos de Venezuela y de Cuba, tras esta nueva operación, el 11 de diciembre de 2012, enfrenta obstáculos que impiden cantar una momentánea victoria en momentos que Venezuela requiere definiciones políticas vitales y que tiene el día 10 de enero como un fecha con una tremenda carga simbólica.
Para la oposición ese día sí o sí Hugo Chávez Frías debería tomar posesión como mandatario ya que la propia constitución bolivariana así lo signa. Si ello no es así, sostiene el mundo opositor, el gobierno estadounidense y medios claramente opositores como el Diario El País de España, debería asumir transitoriamente la primera magistratura, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien, a su vez, tendría que convocar a nuevas elecciones presidenciales en el plazo de 30 días.
ORACIONES POR CHÁVEZ
Si Chávez, por obra y gracia de los avances médicos, por la fuerza de una voluntad que parece no quebrarse o por otro designio que los chavistas imploran a tierra, mar y cielo, jura ese 10 de enero – y cae nuevamente convaleciente – tal cargo sería asumido por su Vicepresidente, Nicolás Maduro. Este, durante 90 días ejercería el cargo de mandamás del Palacio de Miraflores, con la posibilidad de prorrogar ese mandato por otros 90 días, y se convocaría a elecciones terminado ese nuevo período. La Constitución venezolana prevé faltas temporales del presidente durante las que debe asumir el vicepresidente, y faltas absolutas -que deben ser decretadas por la Asamblea Nacional- en caso de muerte, renuncia, destitución o inhabilitación física o mental. ¿En cuál de ellas se encuentra Chávez?
Mientras Chávez mantiene en La Habana sus escaramuzas clínicas contra un cáncer implacable, en la capital venezolana y en cada uno de las restantes 22 gobernaciones del país llanero políticos, analistas y la población chavista y opositora debate sobre el post 10 de enero y esperan ansiosos el desenlace de la enfermedad de su mandatario, para así resolver de una buena vez toda la intríngulis legal tejida alrededor de este hecho, que comienza a inquietar las conductas de chavistas y la oposición nucleada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
Desde la capital cubana, el Vicepresidente venezolano Nicolás Maduro, informó el pasado martes 2 de enero que vio al convaleciente Chávez, “con una fuerza gigantesca. Está consciente absolutamente del complejo proceso postoperatorio y nos pidió, expresamente, que mantuviéramos al pueblo informado siempre con la verdad, por dura que fuera…Con fe en Dios y en los médicos, nuestro comandante Chávez seguirá evolucionando, y más temprano que tarde, saldrá de esta situación compleja y delicada postoperatoria”. Maduro, que retornó a Venezuela el día 2 de enero aprovechó de criticar la campaña de rumores que la oposición, a través de sus medios de comunicación ha lanzado respecto a la salud de Chávez y sus llamados a que se convoque a elecciones si no juramenta el 10 de enero.
La oposición a través del Secretario Ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo sostuvo que los deseos de mayor información de Chávez “no ha sido cumplida ya que la sociedad venezolana no tiene información suficiente. Exigimos mayor claridad y un pronóstico de la enfermedad. El gobierno tiene que tomar conciencia de su situación y estar dispuesto a cambiar. Respecto al día de juramento este se debe cumplir ya que es evidente que Chávez no está para tomar posesión de su cargo”. El gobierno a través del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello respondió a estas declaraciones de Aveledo “a la oposición: los chavista tenemos muy claro nuestra responsabilidad y lo que haremos. Ocúpense ustedes de lo suyo… Tristeza no es debilidad”
El chavismo, confiado en tener al reelecto mandatario de pié, jurando en Miraflores, también ha visto la posibilidad de postergar este acto acudiendo al Tribunal Supremo de Justicia que permite trasladar la fecha establecida como lo señaló Diosdado Cabello con la claridad también que las huestes chavistas están moviendo las piezas para que el delfín de Chávez, el actual vicepresidente Nicolás Maduro sea quien asuma las banderas del proceso bolivariano. La figura de Maduro ya ha tomado altura de candidato tanto desde el punto de vista comunicacional como con la acumulación de decisiones en el ámbito político, que le permitan ser la figura excluyente del chavismo llegado el caso de convocar a elecciones.
Como un apoyo inesperado a la posibilidad que Chávez no pueda asumir el día 10 de enero, las palabras del líder opositor y ex candidato presidencial y actual gobernador del Estado de Miranda, Henrique Capriles han sido un duro varapalo a la opción crítica de la MUD ya que Capriles se desmarcó de peticiones inmediatistas y señaló “si Chávez no puede reasumir la presidencia el 10 de enero, como señala la Constitución no pierde la condición de Presidente electo, por lo que es posible una postergación de la fecha de reasunción. Hay que ser en esto muy serio y muy transparente y es la propia Constitución quien tiene las respuestas en materia de falta temporal y absoluta del mandatario”
El Cáncer que aqueja al mandatario venezolano Hugo Chávez Frías irradia sus efectos a toda la sociedad venezolana, planteando así una serie de retos, que en el plano político muestran a una oposición empeñada en terminar con casi tres lustros de gobierno chavista, y muestra también al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que visualiza en su vientre las distintas corrientes con los nombres posibles de suceder a Chávez. Lideradas cada una de ellas por Diosdado Cabello (presidente de la Asamblea nacional), Elías Jaua, Nicolás Maduro (actual Vicepresidente) y Adán Chávez (gobernador electo del Estado de Barinas tierra natal de su hermano Hugo).
Cada uno de ellos ha puesto en juego sus fichas con el claro rayado de cancha que el propio Chávez ha hecho saber pública y en forma más ferviente en el plano privado; que el candidato a sucederlo en caso de muerte debe ser Nicolás Maduro, dotado de características más atractivas al electorado y que ya ha comenzado a ser asesorado por el operador político brasileño Joao Santana – quien trabajó estrechamente con Lula da Silva – Maduro está sosteniendo, sotto voce, una férrea pugna, principalmente con Diosdado Cabello quien cuenta con las simpatía del ejército y un poder logrado a través de sus múltiples cargos políticos Con todo, la corriente que se imponga, desde el punto de vista del pragmatismo deberá contemplar las distintas vertientes que se viven al interior del partido gobernante, preparando, por tanto una transición que no sea bajo el mando de un poder unipersonal.
Para el mundo opositor, así como para los medios opositores tanto en territorio venezolano como internacional la muerte de Chávez significaría prolongar la agonía del país, ya que las facciones el chavismo entrarían en una sangrienta disputa – afirman medios internacionales como el The Wall Street Journal – ligado al partido republicano estadounidense “con la muerte de Chávez probablemente el prolongado declive del país continuará y se daría la posibilidad cierta de una lucha entre facciones de militares y civiles armados. Esto, porque Chávez podría desaparecer pero el chavismo perduraría porque la Guardia Nacional venezolana controla las rutas del narcotráfico y el lucrativo contrabando de gasolina con Colombia y con la sucesión de Chávez se perfila entonces la pugna por controlar los intereses financieros en juego”.
Este análisis catastrofista, no se condice en modo alguno con la propia dinámica que las huestes chavistas están viviendo, conscientes de la necesidad de una transición que garantice un tránsito pacífico a una administración revolucionaria post Chávez y donde el motor principal es como darle viabilidad a un proceso que cumple ya 14 años y que se aspecto positivamente con Nicolás Maduro como candidato y que requiere aprovechar el empujón dado por el triunfo de las presidenciales de octubre del 2012 y las elecciones regionales que otorgaron 20 de los 23 estados de Venezuela a las huestes lideradas por Chávez. Ese sostén de apoyo social, más las medidas que tienen al chavismo con una base de adhesión que supera el 55% da fuerzas a las corrientes del PSUV para afirmar que están dadas las condiciones subjetivas y objetivas para seguir afianzando su poder, con Chávez o sin él.
Esta nueva visión política ha modificado el análisis que se tuvo tras conocer la enfermedad de Chávez y el mal pronóstico de su evolución, a pesar de las operaciones y tratamientos efectuados, no impidió que el PSUV postulara al alicaído presidente como su candidato para las elecciones generales del 7 de octubre del año 2012. Esto, a contrapelo del progresivo deterioro que mostró la salud de Chávez desde Junio del año 2011 cuando se detectó su enfermedad. Las noticias desde La Habana no han sido las más favorables y es así que ya se considera un hecho, que sea en un mes o en seis meses más, será el nombre de Nicolás Maduro el que esté en la hipotética papeletea electoral con un Chávez como angel de la guarda.
Por lo pronto, el día 5 de enero se definieron los nombres de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional que tendrá la misión histórica de tomar juramento a Chávez, definir los pasos a seguir si éste no puede estar presente o definir que sea Diosdado Cabello quien asume la presidencia para convocar a elecciones para los primeros días de marzo del 2013. El oficialismo ha esbozado la posibilidad que se postergue la juramentación de Chávez o se traslade al TSJ como lo establece el Artículo N° 131 de la constitución bolivariana, dando con ello una salida a coro de las necesidades políticas del chavismo.
Los expertos constitucionalistas señalan que efectivamente se puede juramentar en el Tribunal Supremo de Justicia siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones como sería no contar con el quórum u otro hecho grave. El mismo artículo N° 131 constitucional establece que cualquiera sea quien juramente la fecha de toma de posesión debe ser el día 10 de enero. Si Chávez no puede jurar la Asamblea nacional deberá convocar a una plenaria que tiene ciertas opciones: solicitar el nombramiento de una Junta Médica designada por el TSJ se pronuncie sobre si el presidente está capacitado o no para asumir su cargo. Como también declarar, que en razón del estado de salud de Chávez se declarar la vacancia del cargo y convocar a una elección en 30 días, designado interinamente al presidente de la Asamblea Nacional al mando de la nación.
EL FACTOR EXTERNO
La figura de Chávez, su enfermedad o su vuelta a la palestra política activa no sólo genera los lógicos efectos internos, sino también en el plano regional y mundial. Desaparecido Fidel Castro en su papel de líder revolucionario activo. Con Dilma Rouseff empeñada en fortalecer su figura independiente del ex presidente Lula. Una Argentina con el cristinismo con serios problemas políticos, los únicos que parecen quedar en pie para mostrarse como líderes de una Latinoamérica rebelde y contestataria a la unipolaridad son Evo Morales y los líderes del Chavismo avalados por la figura del carismático comandante venezolano.
Con el nuevo periodo de gobierno bolivariano, sea con Chávez o sin él, resuelto el tema de la probable sucesión, Venezuela enfrentará una nueva era, que sigue fundamentado en una ideología contraria al modelo neoliberal y una amplia intervención estatal en la economía, aupado por los millonarios ingresos de la venta del petróleo, que hoy por hoy es el arma política más potente con que cuenta el régimen chavista, en su arremetida por liderar Latinoamérica.
Para la oposición venezolana los denominados éxitos del chavismo se explican, principalmente por esta riqueza hidrocarburífera, que han permitido al régimen tener acceso ilimitado a ingentes recursos financieros, para ampliar su base de apoyo tanto nacional como internacional. El gasto público venezolano representa un 30% del PIB, en comparación con menos de 20% antes del triunfo de Chávez el año 1999. Buena parte de este aumento se ha destinado al gasto social con mediáticos programas que involucran claras mejoras en temas sociales vinculados a medicina, infraestructura y viviendas, reconocido por organismos internacionales como el Banco Mundial señalando que ello ha disminuido las brechas de inequidad en Venezuela pero que no ha logrado resolver problemas como la seguridad pública.
El opositor Diario caraqueño, El Universal señaló que el peor escenario para Venezuela y la región ante una posible ausencia de Chávez sería una disputa de poder al interior del chavismo “que creará una grave situación de inestabilidad. Como también en países vecinos, en este caso Colombia, afirma la analista Marcela Rojas, que comparte una frontera de 2 220 kilómetros con Venezuela, porque son interdependientes y tienen gran actividad económica y comercial. Además, con la posibilidad de un retorno masivo de los más de dos millones de colombianos que viven en Venezuela. Sumado a ello la posibilidad de un efecto adverso en el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, ya que Chávez fue un factor determinante para que ese grupo rebelde aceptara negociar”.
El Universal, además, citando la opinión de su staff de analistas internacionales señala que “una eventual inhabilitación del presidente Chávez produciría un reacomodo de fuerzas en América Latina, en el que Brasil consolidaría su liderazgo regional. El ALBA y aquellos que lo integran se verían muy debilitados y Cuba y Nicaragua podrían padecer desabastecimiento energético. Ni el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ni el de Bolivia, Evo Morales, tienen el peso político de Chávez para sustituir su liderazgo y activismo. Se prevé además un reacomodo de la jerarquía de poder en Latinoamérica, en el que Brasil, la séptima economía mundial, reafirmaría su liderazgo, aunque se vería forzado a mantener el discurso rupturista y muy a la izquierda, para sobrellevar un escenario post-Chávez”. Venezuela es hoy un campo de conjeturas, de nombres que surgen a diestra y siniestra como posibles abanderados del PSUV a contrapelo del dedo pontificador de Chávez a Maduro pues bien se sabe que en materia política a “rey muerto, rey puesto” pero, primero hay que correr la carrera por el poder.
El otrora incombustible
Nacido en Sabanetas, en el norteño Estado de Barinas el 28 de julio del año 1954 Hugo Chávez Frías es el mayor de cuatro hijos del matrimonio formado por los maestros Hugo de los Reyes Chávez y Elena frías. Hugo Chávez tiene cuatro hijos: Rosa Virginia y María Gabriela Chávez Colmenares fruto de su primer matrimonio con Nancy Colmenares y dos hijos más: Hugo y Rosinés Chávez Rodríguez de su segundo matrimonio con Marisabel Rodríguez. Criado en la más cómoda casa de su tía Rosa Inés Chávez, el futuro mandatario venezolano cursó sus estudios primarios en el Colegio Julián Pino en Sabaneta y su secundaria en el Liceo Daniel Florencio O´ Leary, graduándose de bachiller en ciencias lo que fue su antesala para realizar sus estudios superiores en la Academia militar de Venezuela de donde egreso el año 5 de julio del año 1975 con el grado de subteniente con mención en ciencias y artes militares bajo la disciplina de artillería.
En diciembre del año 1982, como muestra de sus intereses políticos dentro del ámbito castrense constituyó el llamado Movimiento Boliviano Revolucionario (MBR-2000), que complementó con una Maestría inconclusa en ciencias políticas en la universidad Simón Bolívar. Su carrera militar tuvo un desarrollo normal hasta el año 1991 cuando fue ascendido a Teniente Coronel a cargo de un batallón de paracaidistas.
Su irrupción en la vida política venezolana se hizo patente en febrero del año 1992 cuando encabezó la fracasada intentona rebelión contra el gobierno del ex presidente Carlos Andrés Pérez, bajo el marco de reclamo contra la creciente corrupción en el país llanero y las insoportables medidas económicas implementadas desde el año 1989 por exigencias del Fondo Monetario internacional. Exigencias que tuvieron su expresión sangrienta en el denominado Caracazo que generó miles de muertes civiles tras la fuerte represión gubernamental a pocos días de la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez, que no pudo reponerse nunca de la baja adhesión social y que tuvo su corolario con la rebelión encabezada por Chávez, quien fue encarcelado durante dos años, para posteriormente ser amnistiado por el Presidente Rafael Caldera tras la salida de Pérez tras ser acusado y removido de su cargo bajo los cargos de corrupción.
Tras su liberación Chávez fundó el Movimiento V República MVR, proveniente del tronco del MBR-2000 junto al apoyo de políticos como José Vicente Rangel y Luis Miquilena. Tras seis años desde su alzamiento Chávez triunfa en las elecciones presidenciales del año 1998 con el 58% de los votos, asumiendo su cargo en febrero de 1999 e impulsando cambios constitucionales fundamentales, que generaron la oposición de fuerzas políticas y militares contrarias a su rumbo político, originando una intentona golpista en abril del año 2002. Chávez fue detenido en Fuerte Tiuna y asumiendo el mando de la nación el presidente de Fedecamaras, Pedro Carmona, que al cabo de dos días de nuevas asonadas y movimientos militares, devuelven el poder a Chávez, que afianza definitivamente su liderazgo, triunfando incluso contra un llamado revocar su mandato. Su liderazgo interno y externo ha ido a la par de las enormes riquezas emanadas de los altos precios del petróleo que le han permitido ejercer una fuerte influencia en temas de relevancia internacional y oponerse en ello a definiciones políticas y estratégicas estadounidense, oponiendo a la idea el ALCA de Washington el ALBA de Caracas. Estableciendo alianzas con adversarios de Washington como el régimen de Irán y permitiendo la irrupción de capitales chino en la economía venezolana, generando la urticaria de las administraciones estadounidenses.
En junio de 2011 las esperanzas de continuar la senda de la revolución bolivariana, de un chavismo con la figura del carismático líder venezolano tuvieron un duro revés al descubrírsele “un tumor abscesado con presencia de células cancerígenas” que obligaron a una intervención quirúrgica en la capital cubana, que ha tenido tres actos más. En octubre del 2012 se generó la más dura de las contiendas electorales del chavismo, con un Hugo Chávez convaleciente, que triunfo claramente contra el candidato único e la oposición, el joven y carismático Gobernador del Estado Miranda, Henrique Capriles. ¡El resultado? Un nuevo triunfo del chavismo pero a un gran costo de salud de Chávez quien tuvo que ser operado por cuarta vez y de cuyo postoperatorio nada se sabe aún, más allá del consabido “estable dentro de su gravedad”. El otrora incombustible Chávez ve con pesar como el petróleo de su vida se va extinguiendo.