El ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu)cifró en 138 mil 615 las familias que ya recibieron una solución habitacional, luego del terremoto del 27 de febrero de 2010. Esto representa un 62% de un total de 222 mil 616 casos de pérdida de viviendas por el cataclismo.
Desde el Ejecutivo señalan que es una tarea difícil, pero existen proyecciones para que el total de las viviendas sean entregadas antes del fin del gobierno de Sebastián Piñera, una meta ambiciosa, considerando los reparos presentados desde los propios afectados.
Carolina Manríquez, vocera del Movimiento Nacional de Reconstrucción Justa (MNRJ), señaló que la burocracia en los trámites ha dilatado las soluciones en las zonas más afectadas, principalmente el litoral en la séptima y octava región, y subrayó en que las mediciones del gobierno son cuantitativas, sin atender la calidad de vida de los afectados.
“Nosotros vemos que las familias siguen esperando, que recién se están iniciando proyectos. Hay otras que están en veremos, los proyectos de construcción de sitio propio no han empezado, entonces a tres años ver familias en mediaguas sin servicios básicos es ver que falta. Si bien no se puede desconocer que se ha avanzado, porque en tres años es imposible que no se haga nada, el avance tiene que medirse en función que la gente tenga mejor calidad de vida, y quienes han obtenido vivienda propia es un 25 o 30% y no más que eso”, declaró Manríquez.
Tal como señala el informe, los especialistas subrayan que esta cifra contempla principalmente las reparaciones a viviendas que no fueron demolidas, pero que aún existe un amplio grupo de gente que vive en campamentos, tal como señala el investigador de la ONG Surmaule, Francisco Letelier: “Hace un mes estuvo el Presidente en Constitución y dijo que la cifra de avance en el Maule era de 91%, entonces imagino que esta nueva cifra también, van enfocadas a obras iniciadas, pero creemos que se debe evaluar lo que está terminado. En esta región, no es 91%, sino 56%, y la mayor parte corresponde a reparaciones”.
Para Letelier, esta situación omite dos aspectos importantes, ya que la mayoría de las familias que perdieron sus viviendas aún no cuentan con solución definitiva, mientras que la medición esconde un amplio registro de allegamiento en el Maule.
“Tenemos un avance real de 53%, entonces casi la mitad de las familias damnificadas no tienen solución. De ese porcentaje, un 25% es avance en reconstrucción de vivienda, lo otro es reparaciones. Entonces vemos un amplio porcentaje de familias que perdieron su casa y no tienen solución, y lo probable es que no tengan solución antes del invierno. Es una situación grave e invisible: en el Maule la situación de allegamiento es brutal”, declaró.
Son poco menos de 20 mil viviendas las que deben iniciar obras antes de junio para estar terminadas antes del marzo de 2014, fecha en que termina la administración de Sebastián Piñera. Las autoridades confían en cumplir la meta, mientras los damnificados se resignan a un cuarto invierno en campamentos o mediaguas.