Un Papa latinoamericano para suceder a un Papa alemán: la perspectiva seduce a numerosas personas en América latina este martes, un día después del anuncio de la renuncia de Benedicto XVI a su pontificado el próximo 28 de febrero.
“Ya es tiempo de tener a un latinoamericano, ésta es la región más católica del mundo, comenta en las afueras de la basílica de Guadalupe en Ciudad de México, Luis Sánchez, un estudiante de teología. Y en Sao Paulo, un comerciante afirma: “Me gustaría que el Papa fuera brasileño, o al menos latino, pero sobre todo debe ser simpático y fuerte para soportar los viajes y la situación que atraviesa la iglesia por estos días”.
Los prelados latinoamericanos más citados para llegar un día a dirigir la iglesia son los argentinos Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, y Leonardo Sandri, prefecto de la congregación para las Iglesias Orientales. También figuran en la lista el salesiano hondureño Oscar Andrés Rodríguez, el arzobispo de Brasilia João Braz de Aviz y Claudio Hummes, franciscano y actual Prefecto de la Congregación para el Clero en el Vaticano.
Sin embargo este último, por su avanzada edad, 79 años, podría generar reticencias. La imagen de Oscar Andrés Rodríguez, de 70 años, quien dirige Caritás Internacional y es conocido por posiciones progresistas en lo social, también suscita interrogantes tras su polémico apoyo al golpe de Estado en 2008 en Honduras. Rodríguez, sin embargo, tiene la ventaja de tener posiciones conservadoras en aspectos de fe.
Según la prensa argentina, el primado de Argentina Jorge Bergoglio figuró entre los más votados en el cónclave de 2005, que eligió a Joseph Ratzinger como sucesor del fallecido Juan Pablo II. El jefe de prensa del Arzobispado bonaerense, Federico Walls, resaltó que “la figura del cardenal Bergoglio es muy apreciada no sólo a nivel nacional, sino internacional”.
En Argentina, sin embargo, las relaciones entre la iglesia argentina y la presidenta Cristina Kirchner se han enfriado tras el rechazo de la jerarquía católica a dos iniciativas gubernamentales. Bergoglio, considerado del ala conservadora moderada de la Iglesia católica argentina, el culto mayoritario del país, se opuso tenazmente a la aprobación de la ley que en 2010 consagró el matrimonio homosexual. El cardenal también se opuso a una más reciente ley de identidad de género que autoriza a travestis y transexuales a registrar sus datos con el sexo elegido.
En América Latina viven cerca de 500 millones de los 1.200 millones de católicos que hay en el mundo. De un total de 118 cardenales electores, solo habrá cinco brasileños y tres mexicanos. En total hay 19 cardenales latinoamericanos en edad de elegir, una cifra menor a la de 2005 cuando murió Juan Pablo II y fue electo Joseph Ratzinger.
