Diez días después de ser elegido el Papa Francisco como el nuevo obispo de Roma, el 266º de la Iglesia Católica, acudió a visitar a su antecesor, Benedicto XVI, que se aloja en la residencia apostólica de Castel Gandolfo, luego de su dimisión el pasado 28 de febrero como pontífice por razones de salud.
El nuevo Papa abordó un helicóptero en el Vaticano alrededor de las 12.00 horas (Italia) y luego el aparato que trasladaba a Francisco aterrizó en la residencia de vacaciones de los pontífices, donde Ratzinger vive en espera de dirigirse a su domicilio definitivo en un convento en el interior del Vaticano. Los dos Papas almorzarán juntos.
Esta es la primera vez que los papas se verán desde que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, fue elegido Papa el 13 de marzo, aunque ya han hablado por teléfono en varias ocasiones en los últimos días.
El Papa emérito, Benedicto XVI, se encuentra en espera de que se terminen los trabajos de reestructuración del monasterio en el interior de los Jardines Vaticanos donde vivirá luego de su renuncia como jefe máximo de la Iglesia.
Un hecho que se destaca dentro de este inédito capítulo en que la Iglesia tiene a dos Papas, uno en ejercicio y otro emérito es que dos meses antes de anunciar su dimisión Benedicto XVI nombró a su secretario personal, el arzobispo Georg Gänswein jefe de la Casa Pontificia. Inevitablemente Gänswein será el nexo de unión entre los dos Papas, ya que sigue siendo secretario de Benedicto XVI y a la vez se encargará de organizar las audiencias y los desplazamientos del Papa Francisco.