Los siete años de batalla judicial que terminaron este lunes tienen como protagonista la nueva versión de un anticancerígeno que, según el gigante farmacéutico suizo Novartis, debía considerarse un nuevo medicamento y por eso pedía una patente.
Pero en una decisión histórica, la Corte Suprema india decidió que la fórmula de nueva versión del medicamento Glivec “no satisface los criterios de novedad o creatividad” requeridos por la legislación local. Novartis presentó el pedido de patente en 2006 y desde entonces la moción fue negada en todas las instancias.
En una nota oficial, Novartis condenó la determinación judicial, y alegó que “desalienta el descubrimiento de nuevas drogas esenciales en el avance de la ciencia médica”. El director de Novartis en India, Ranjit Shahani, manifestó: “Esta decisión es un retroceso para los pacientes porque impedirá el progreso médico para enfermedades sin opciones efectivas de tratamiento”.
La decisión sobre este caso, seguido de cerca por los principales grupos farmacéuticos de todo el mundo, fue celebrada por organizaciones que defienden a los pacientes. El abogado Anand Grover, representante de la Asociación de Ayuda a Pacientes con Cáncer, dijo que se sentía “loco de felicidad” con la decisión de la corte porque “representa un enorme paso adelante para ofrecer medicinas a precio accesible a los más pobres”.
A su vez, Pratibha Singh, abogado del grupo de medicamentos genéricos Cipla, dijo que este lunes la corte “dejó claro que no se puede patentar una nueva droga apenas haciendo algunas modificaciones. La ley de patentes india fue apoyada por la corte”.
La empresa alegaba que una forma mejorada de Glivec ameritaba una nueva patente, arguyendo que la nueva formulación era absorbida más rápidamente por el organismo. Sin embargo, críticos señalaron que los cambios en la fórmula era apenas “una modificación obvia y de rutina”.
La legislación india limita la capacidad de los laboratorios farmacéuticos de obtener nuevas patentes introduciendo apenas pequeñas modificaciones en las fórmulas (un proceso denominado “evergreening”), y por ello la decisión de la Suprema Corte permite que los laboratorios de medicamentos genéricos continúen produciendo su propia versión de Glivec.
Leena Menghaney, del consejo jurídico de Médicos Sin Fronteras, recordó el tratamiento de un paciente durante un mes con Glivec cuesta 4.000 dólares, al tiempo que en India la versión genérica cuesta menos de 73 dólares. “Esta decisión es un enorme alivio”, dijo Menghaney. “Ayudará a salvar muchas vidas, no apenas en India sino en todos los países en desarrollo”, añadió.
En opinión de la especialista, la decisión de la corte “no significa que nuevas patentes no serán concedidas en India, pero la práctica abusiva de buscar muchas diferentes patentes para una única droga se terminará”. En 2007, la Alta Corte de Madras ya había negado el pedido de Novartis de una nueva patente para Glivec, y en 2009 el argumento también fue derrotado en el Panel de Apelación Indio sobre Propiedad Intelectual. Ya en ese momento, ese panel alegó que la nueva fórmula de Glivec no era muy diferente de la versión original.