Alfabetización digital, un desafío pendiente para Chile

El censo de población de 2012 reveló buenas y malas noticias en cuanto a brecha digital y tecnología. Por un lado, se avanzo en cantidad de personas con acceso a internet, pasando de un 10 por ciento en 2002 a un 44 por ciento en 2012. Sin embargo, aun quedan 5 millones y medio de personas en Chile que no pueden buscar información en la web enviar ni escribir un correo electrónico.

El censo de población de 2012 reveló buenas y malas noticias en cuanto a brecha digital y tecnología. Por un lado, se avanzo en cantidad de personas con acceso a internet, pasando de un 10 por ciento en 2002 a un 44 por ciento en 2012. Sin embargo, aun quedan 5 millones y medio de personas en Chile que no pueden buscar información en la web enviar ni escribir un correo electrónico.

En los diez años que han transcurrido desde el último Censo poblacional, Chile ha avanzado a pasos agigantados en acceso a la tecnología, entre otras materias. Si en el Censo 2002 el 10.19 por ciento de la población tenía acceso a internet, en el último estudio esa cifra se elevó hasta el 44.49 por ciento.

Pero el Censo 2012 también reveló que el 36.79 por ciento de la población mayor de cinco años, correspondiente a 5.675.980 personas, no puede buscar información ni enviar o escribir un correo electrónico.

Aunque en materia de penetración de tecnología Chile es superior a sus vecinos de la región, para el abogado especialista en Telecomunicaciones y Propiedad Intelectual de la Universidad de Chile, Claudio Magliona, esta es una mala cifra, pues apunta a que cerca del 40 por ciento de los chilenos es un analfabeto digital.

“En el año en que estamos, en el siglo que estamos, evidentemente aquellas personas que no pueden acceder a  internet o a un computador, se encuentran en una situación prácticamente de discapacidad, inhabilitados para poder acceder a los beneficios de la sociedad de la información”, alerta el abogado.

En tanto, para el director de la ONG Derechos Digitales, Francisco Vera Hott, esta cifra “muestra falencias que no se solucionan únicamente con la entrega de computadores a los mejores alumnos o subsidiando conexiones de banda ancha. Las agendas y estrategias digitales que han promovido distintos gobiernos y organizaciones privadas en nuestro país han carecido de la fuerza y continuidad suficiente y terminan siendo esfuerzos aislados y asistemáticos”.

Para el experto, el problema radica en que “hoy en día la mayor cantidad de empleos y desarrollo económico está íntimamente relacionado con manipular información y conocimiento, lo que convierte a estas habilidades en muy importantes para desenvolverse en la sociedad actual y absolutamente indispensables en un futuro próximo”.

Pese a que hay que ser positivo respecto a las nueve millones de personas que no tienen problemas en utilizar internet, Magliona califica a esta situación como una “pérdida para Chile”, por lo que considera prioritario disponer políticas públicas en pos de disminuir esta brecha digital. “La prioridad que se tiene que dar para recuperar ese 40 por ciento es total, es la misma que se tiene que dar en materia de salud, es exactamente la misma que en salud, educación, vivienda”.

Para Magliona, aprender a utilizar internet es incluso más importante que aprender un nuevo idioma, puesto a que en una sociedad como la nuestra la mayoría de las actividades cotidianas se realizan mediante esa vía.

En ese contexto, el acceso a computadores desde la primera infancia es fundamental, lo que puede ser garantizado no solo desde un gobierno central sino también desde las Municipalidades. “El rol de los facilitadores de contenidos, como el programa Biblioredes y en general los sistemas de bibliotecas públicas tienen mucho que aportar, especialmente con la gente que ya no está en edad escolar. Por otra parte, el sistema escolar debería colaborar con la creación de estas competencias, yendo más allá del mero uso de herramientas tecnológicas y enfocándose en metodologías que privilegien el entendimiento y resolución de problemas y desafíos concretos mediante éstas, más allá de copiar procedimientos o hacer tareas repetitivas frente a un computador”, precisa Vera Hott.

Pero además de estas competencias específicas de las que habla el Censo, “es importante que la gente tenga una aproximación que no se reduzca a usar herramientas, sino a comprenderlas y analizar de manera crítica su entorno para alcanzar mayor desarrollo, incluyendo conciencia sobre los derechos que están en juego en los entornos digitales, como la libertad de expresión, privacidad y acceso al conocimiento”, expresa.

En ese sentido, Magniola apunta a metas de disminución de la brecha digital de entre uno y dos puntos porcentuales por año, lo cual pareciera no tan impresionante en el papel pero tendría un efecto enorme en la vida de las personas involucradas. “El impacro de tener ese 1% o 2%, ya no solo del punto de vista personal de la persona, que cambia de óptica y al hacerlo va a cambiar la óptica de su familia, de los hijos de sis hijos. Pero veámos esto también macro, veámoslo como país: un punto cada dos o tres años, el impacto económico es gigante”.

El acceso a la información, la socialización, la búsqueda de trabajo y la solicitud de beneficios sociales se ejecutan cada vez más mediante internet, por lo que concientizar a las personas de la importancia de la capacitación digital es fundamental.





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