Experto de la U. de Chile: “Expansión de Andina tendrá efectos en los glaciares”

El director del departamento de Geografía de la Universidad de Chile, Francisco Ferrando, aseguró que el impacto del proyecto es aún mayor del proyectado por la cuprífera, ya que tan sólo por efectos naturales estas reservas de agua se mantienen en un “equilibrio precario”

El director del departamento de Geografía de la Universidad de Chile, Francisco Ferrando, aseguró que el impacto del proyecto es aún mayor del proyectado por la cuprífera, ya que tan sólo por efectos naturales estas reservas de agua se mantienen en un “equilibrio precario”

Una señal de alerta ha generado el proyecto Expansión Andina 244 de CODELCO, que se proyecta en la provincia de Los Andes y que está en pleno proceso de tramitación ambiental.

La empresa sostiene que la iniciativa permitiría una ampliación de la producción promedio anual de cobre fino, aumentando desde 400 hasta 600 mil toneladas anuales. Sin embargo, organizaciones sociales y ambientales aseguran que la iniciativa afectará a glaciares y napas subterráneas, poniendo en riesgo los recursos hídricos del valle central.

Un temor que según el director del departamento de Geografía de la Universidad de Chile y experto en glaciares, Francisco Ferrado, está basado en la evidencia científica.

¿Cuál es la situación de los glaciares en la zona de la cordillera central?

La mayoría de nuestros ríos, están siendo alimentados desde tiempos inmemoriales por fuentes de agua que provienen de todos los tipos de cuerpo de hielo y de nieve que están en la parte alta y también por aportes de lluvia desde los sectores andinos más bajos. Entonces, los glaciares que están en la parte andina son un verdadero sistema de vida.  Nosotros hablamos del ‘glaciositema’, dado que los cuerpos de hielo tienen una serie de funciones y de roles, tanto ambientales como ecológicas. De hecho, muchas vertientes están ligadas precisamente al aporte de agua de estos cuerpos de hielo y no sólo hablamos de los que están visibles, los que ve el común de la gente cuando mira la cordillera, sino que expresiones de permafrost, es decir, de cuerpos de hielo que están enterrados, cubiertos, que son parte de formas remanente de la última glaciación que terminó hace alrededor de 10 mil o 14 años atrás.

¿Existiría algún riesgo con este proyecto?

Esas formas de hielo son altamente sensibles a cualquier influencia externa. Tenemos, por una parte, el calentamiento global, que tiene una parte natural y una intensificación por la influencia entrópica. Hablamos  también de las intervenciones que los afectan desde el punto de vista de la sismicidad, y aquí también hay sismicidad natural y entrópica, como por ejemplo,  los efectos de las tronaduras. A eso se suma la influencia de las nubes de material particulado que cae, tanto sobre glaciares como sobre campos de nieve y también la acción térmica, que es un factor, poco evaluado.  Es  evidente que  cuando uno hace una instalación industrial, con procesamiento, maquinaria, vehículo de transporte pesado y áreas de vivienda de la gente que reside en los campamentos, estamos generando una fuente de calor que tiene una influencia ambiental que, sin duda, afecta los sistemas de cuerpos de hielo. Cualquier variación de décimas o centésimas de grados en un sistema altamente sensible va a afectar la permanencia de estos glaciares que además, por la evolución natural, están en condiciones de un equilibrio precario.

Entonces estos glaciares no serían un recurso renovable…

No, no lo son a escala humana por lo menos. Hay que entender que estas estructuras como son formas remanentes (en su mayoría) de glaciaciones, hoy en día suelen estar con balances de masas negativos, lo que significa que van disminuyendo de forma natural  y, por lo tanto, no son un recurso renovable. Hay también glaciares rocosos que tienen un origen peri- glacial, que son mucho más dinámicos y que están en formas que son transversales al eje de los valles, ubicados fundamentalmente en las laderas. Los glaciares rocosos de Talud o de terraplenes son formas bastante más dinámicas y que estacionalmente están recibiendo agua de infiltración que se re-congela en el contacto y que aporta con este recurso durante la estación cálida. Éstos también estarían siendo afectados por los cambios en las temperaturas.

Eso significa que evidentemente hay un efecto de calentamiento que está afectando este balance de masas de cuerpos de hielo, enterrados o cubiertos y, si a eso le agregamos que, desde la instalación de campamentos mineros va a haber también emisión de calor, no cabe duda que el efecto se vaya a incrementar.

 Los ambientalistas hablan que podrían afectarse cerca de 20 glaciares que implicarían  una pérdida de casi 13 millones m3 de agua dulce, ¿Tienen una base científica estos datos?

Se ha dicho en el proyecto que se afectarían seis glaciares rocosos del sector, pero yo te diría que esa es una mínima parte y es más bien de afectación directa. La verdad es que en el área hay muchos más glaciares rocosps y hay algunos que ni siquiera están reconocidos y que también corren peligro.

En términos de equivalencia en volumen de agua, es muy difícil adelantar un cálculo dado que no se conoce toda la existencia de glaciares rocosos ni todos están dimensionados en el cálculo de su volumen. También hay que considerar además que hay una proporción de material sedimentario incluido, es decir, cerca de un 80 por ciento sería hielo y un 20 por ciento de otro tipo de material incluido en el hielo. Pero, por ejemplo, para el caso del glaciar Pirámide, que está en la cabecera del río Yeso, el cálculo nos da 135 millones de litros de agua equivalente, en un sólo glaciar que no es de grandes dimensiones. O sea, tú te puedes imaginar que con todos los que hay en la cuenca alta del Aconcagua y en la cuenca alta del río Mapocho y del Maipo, los litros de agua comprometidos son muchos más.

Los dirigentes sociales manifiestan también que podría hacerse inviable la vida en el sector de Farellones ¿Es eso posible?

No hablemos sólo de Farellones que es un centro de deportes invernales. Pensemos que se trata de una intervención de un área de alta montaña que va a afectar a todo un glaciosistema que tiene repercusiones  aguas abajo en los caudales de los ríos, en las aguas subterráneas. Desde ese punto de vista, va a afectar todo lo que es abastecimiento de agua de asentamientos poblados, no sólo en la montaña, sino que en todo el curso del río hacia abajo, lo que va a afectar la agricultura, la disponibilidad de agua para el uso industrial para otros tipos de industria como la agroindustria, por ejemplo, y que, además, va a tener otra serie de efectos. El tema no es sólo la explotación y la extracción que va a generar la mina. Todo ese material es procesado allí mismo, pero después hay todo un traslado, hay un corredor de movimiento, de maquinaria pesada, de camiones de alto tonelaje en dirección a las plantas de refinamiento, en la costa, donde se va a ver acopio de material y en todo el tráfico, también va a haber una gran cantidad de impacto. Entonces, no es sólo el tema del agua. Hay muchas otras cosas comprometidas que afectan, yo te diría, todo el sistema de vida y todo el sistema productivo del área que, en forma directa son, creo que 13 comunas, desde la montaña a la zona litoral.

¿Ve usted un problema de política de desarrollo hídrico considerando que este proyecto es del mismo Estado?

Evidentemente, hay muchas debilidades en el sistema que parten en este tema glaciológico y su incompatibilidad, en gran medida, con la actividad minera. Una de ellas es la falta de una ley sobre protección de glaciares en este país. Otros países la tienen, incluso Argentina. Nosotros estamos en pañales, estamos en un enunciado de una política que es de doble estándar porque no deja clara la protección y habla también de ‘posibilidades de uso’. Si a eso le sumamos el tema de la proyección a largo plazo y la disponibilidad de los recursos hídricos del país para todas las necesidades, para el uso múltiple del agua, hay mucha tarea por hacer y, en ese sentido, proyectos como este, si bien pueden aportar por el lado económico, por la divisas que genera la importación de cobre, atentan contra la supervivencia y el desarrollo de muchas otras actividades que dependen de las montañas y del agua.





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