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Ser feliz es una decisión


Martes 30 de abril 2013 17:14 hrs.


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No puedo. No tengo tiempo. Yo te llamo, hablemos en estos días. Estas son algunas de las tantas frases usadas por los chilenos para aducir a cualquier motivo y dejar de disfrutar.

¿Qué tiene que ver esto con discapacidad? Simple. Nos convertimos en ciegos al no ser capaces de notar que la felicidad y la actitud frente a la vida depende de nosotros.  El no tener consciencia de esto nos hace más discapacitados de lo que se puede pensar.

Yo elijo ser feliz. Yo elijo hacerme el tiempo. Yo elijo dedicar más tiempo a mi pareja. Yo elijo trabajar hasta las 10 de la noche mientras mis hijos duermen. Yo elijo tener el televisor prendido mientras se cena.

Cuando ocurre un accidente algunos de los lugares comunes a los que se nos refiere es a que “uno realmente no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Mi pregunta detrás de esa reflexión es ¿Entonces nunca valorizaste tu vida?,¿Tenías que perderlo para valorarlo?

Y es que transitamos por este sendero maravilloso llamado vida sin ver, sin oír, sin olfatear, sin sentir… Sin agradecer que es lo peor.

Cuando no sentimos ni nos conectamos con el otro, acusamos a que nuestra rutina nos hace infelices. Pues entonces ¡abra los ojos!

A este grupo yo le pregunto: ¿Desayunan lo mismo todos los días? ¿Almuerzan la misma comida todos los días? ¿Se topa con las mismas personas en el metro todos los días? ¿Usa los mismos calzoncillos todos los días? ¿Sus hijos les dicen lo mismo todos los días?

Colocarnos ropa limpia, tomar una taza de té caliente por la mañana, besar a tu pareja al despertar, ducharnos con agua caliente, poder caminar sin asistencia, abrochar nuestros zapatos para ir a trabajar, disfrutar el aroma del jabón. Si su vida después de estas palabras aún es considerada como rutina, bienvenido al mundo de la discapacidad.

Mírese desnudo al espejo, mire sus ojos, sus canas, sus líneas de expresión, arrugas y pelos ahí presentes… ¿le gustó? Ese reflejo es usted, se lo presento. Sea agradecido.

El Chile discapacitado tiene que ver con la silla de ruedas que los diecisiete millones de chilenos cargamos. ¡Hágase cargo! Deje de culpar a la vida por decisiones que son únicamente su responsabilidad. ¿Le molesta la cara de la gente del metro?, lleve un espejo y mírese la suya primero ¿Quién es el discapacitado ahora?

Elija ser feliz y en ese minuto, sólo en ese, su vida tomará otro rumbo.

*Carolina Pérez. Experta en Neurociencias para la Educación. Dicta la cátedra  “Integración del Universo de la Discapacidad en la Sociedad Actual” en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.