Los científicos querían estudiar la forma en que la tuberculosis se vuelve resistente a los fármacos, pero terminaron descubriendo que la vitamina C o ácido ascórbico destruye a la bacteria de la tuberculosis.
“Nos sorprendimos al descubrir que la vitamina C por sí sola no solo esteriliza a la TB sensible a los medicamentos, sino que también esteriliza a la TB-MDR [tuberculosis multirresistente a fármacos] y las cepas de la TB-XDR [tuberculosis extremadamente drogorresistente]”, explica William Jacobs, director de la investigación y profesor de Microbiología e Inmunología y Genética.
De los 12 millones de casos de tuberculosis registrados en el mundo en 2010 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 650.000 estaban relacionados con cepas resistentes a fármacos del bacilo de la tuberculosis.
Los investigadores señalan que, si bien el hallazgo podría reformular los tratamientos y abrir caminos para desarrollar medicamentos que curen la tuberculosis, es necesario llevar a cabo ensayos clínicos para comprobar si lo verificado en un tubo de ensayo puede funcionar en seres humanos.
Jacobs subraya que su trabajo muestra un nuevo mecanismo que se puede “explotar para atacar la TB”, teniendo en cuenta que la vitamina C “es barata, está disponible y es segura”. Una buena fuente natural de la vitamina son las guayabas, las grosellas negras, el kiwi, el brócoli o las naranjas.
La vitamina C tiene muchas funciones importantes en el cuerpo. Evita las enfermedades degenerativas tales como el cáncer o la enfermedad de Alzheimer, así como el envejecimiento de la piel. Además facilita la absorción de otras vitaminas y minerales y, entre otras cosas, protege las células y las mantiene saludables.