Casi 800 mil trabajadores ganan el salario mínimo en Chile. En la práctica, eso implica que cerca de tres millones de personas, pensando en familias de 3 ó 4 integrantes, dependen de ese salario. De ahí la importancia de la discusión sobre este ingreso, que el Gobierno del Presidente Piñera quiere fijar en 205 mil pesos.

La presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa, evidencia que 205 mil pesos no permiten superar la línea de la pobreza, y demanda que el Gobierno detenga el discurso engañoso del ingreso per cápita de 20 mil dólares anuales, unos 830 mil pesos mensuales, porque ese ingreso lo recibe una mínima fracción de los trabajadores de Chile. Bárbara Figueroa reclamó un piso salarial mínimo de 250 mil pesos.

En este sentido, la máxima dirigenta de la multisindical afirmó que “tiene que haber un piso salarial mínimo, que no podría ser inferior a 250 mil pesos, porque incluso así, si pensáramos en un núcleo familiar de tres cuatro personas y nosotros tuviéramos como horizonte, que el Salario mínimo permitiera superar la línea de la pobreza, debiéramos estar sobre los 300 mil pesos”.
Aunque el salario aumente a 205 mil pesos, Chile, junto a México, seguirá teniendo el salario más bajo entre los 34 países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (la OCDE). El primer lugar lo tiene Luxemburgo, con 1.200.000 pesos.

La Fundación Sol, centro experimentado en el estudio del mercado laboral chileno, considera gravísimo que el salario no permita comprar lo mínimo para salir de la pobreza. Por eso, el economista de esa entidad, Marco Kremermann, insiste en que Chile debe discutir sobre el significado de vivir con 205 mil pesos al mes.

En esa línea, el economista explicó “qué significa en Chile trabajar 45 horas a la semana, llegar a fin de mes, y ni siquiera tener para satisfacer las necesidades más básicas. Hoy sólo permite cubrir el 62 por ciento de la línea de la pobreza familiar, considerando un hogar promedio de cuatro personas, donde uno trabaja, lo que ocurre en el 60 por ciento de los hogares más vulnerables en Chile”.

La Fundación Sol propone que un salario mínimo de 270 mil pesos, con un subsidio temporal a las empresas más pequeñas para sostener las cotizaciones de los trabajadores.

A su vez, el diputado comunista Lautaro Carmona aduce que esta discusión es crucial, porque el país en la práctica limita el ejercicio del derecho a sindicalización y negociación colectiva. Por eso el salario mínimo juega un rol central, puesto que la mayoría de esos 800 mil trabajadores que reciben este salario no tienen otra forma de conseguir un incremento de su remuneración. “Ningún trabajador aporta menos de 250 mil pesos a las empresas”, aduce Lautaro Carmona.

Por esto, el parlamentario del PC señaló que “si alguien es capaz como economista decir que un trabajador chileno, cualquiera sea la función, le aporta menos que 250 mil pesos a la actividad que él realiza, que venga y lo sostenga. Que diga a quién va a subsidiar, quién aporta menos de 250 mil pesos, de tal manera que el empresario o el Estado le está regalando plata, absolutamente nadie aporta menos que eso y si aporta más que eso es que los niveles de explotación han llegado a un nivel sin ningún límite”.

Las críticas a la insistencia del Gobierno de fijar el sueldo en 205 mil pesos mensuales coinciden en un punto: Es ficticio decir que el ingreso per cápita de los chilenos sería de 20 mil dólares anuales (o sea, 830 mil pesos mensuales), pues en realidad cerca de 1 de cada 10 chilenos tiene ese ingreso.