El Comando Nacional por la Defensa de los Fondos Previsionales, agrupación integrada por un centenar de sindicatos, llamó a sus adherentes a escuchar detalladamente las propuestas de los candidatos presidenciales en esta materia.
La directriz refleja un interés creciente de los trabajadores por sus ahorros previsionales, producto de las tasas de reemplazo cercanas al 30 por ciento que distintos economistas han alertado durante los últimos años.
Esta preocupación ha sido recogida por los aspirantes a La Moneda, quienes han destinado gran parte de sus programas a este tema. Muchos de ellos han desestimado implementar un sistema de reparto, aludiendo a que éstos fracasaron en varios países europeos.
Gonzalo Cid, economista de Cenda, señaló que, de acuerdo a cifras entregadas por la Superintendencia de Pensiones, el monto de cotizaciones obligatorias y voluntarias durante 2012 fue de 4,7 billones de pesos y que las AFP cancelaron sólo 2,2.
Por ello, el experto indicó que instaurar un modelo basado en la solidaridad es perfectamente viable.
“Si hoy día estamos recaudando 4,7 billones y se están pagando apenas 2,2, hoy día con un sistema de reparto sería posible doblar las pensiones de todos los chilenos y chilenas y todavía habría un excedente de dinero en las recaudaciones que se hacen por cotizaciones. Por lo tanto nosotros señalamos que no se requiere ni subir la edad de jubilar ni aumentar las cotizaciones”, explicó.
Sin embargo, Andrés Guerra, consultor previsional del sitio previsionarte.cl dijo que, en el largo plazo, es impensable que los agentes activos mantengan a los pasivos.
“Si consideramos que los estudios de población para el año 2050 suponen que tres de cada diez chilenos va a ser mayor de 65 años y suponemos que dentro de las siete personas restantes haya por lo menos dos niños, tenemos a cinco de cada diez chilenos sosteniendo a estos tres jubilados. Si lo que estamos buscando es una tasa de reemplazo de un 70% le estaríamos pidiendo a cada uno de esos trabajadores que un 35% de su sueldo fuera aporte, lo que es bastante poco factible”, argumentó.
Guerra afirmó además que la solución a las escuálidas tazas de reemplazo apunta a que los cotizantes “ejerzan sus libertades”, como cambiarse de AFP, de Fondos y ahorrar voluntariamente.
En la misma línea se manifestó Jorge Simián, director de estructuración financiera de la compañía asesora Alta Dirección, quien calificó los sistemas de reparto como “anacrónicos” e indicó que “lo mejor es introducir reformas al actual sistema”.
“Hay que generar un sistema en el cual el seguro de cesantía provea, por ejemplo, cotización previsional. El segundo tema es que efectivamente tiene que haber un sistema de penalización cuando esa cotización el empleador no la paga y las comisiones deben ir de acuerdo a la rentabilidad. Lo último es que hay que buscar un sistema en el cual la cotización tiene que ser algo más alta y reducida de los impuestos”, expresó.
Carlos Rivadeneira, abogado egresado de la Universidad de Chile y experto en AFP, dijo que las falencias del modelo de reparto pueden ser subsanadas con cobertura estatal, tal y como ocurre, actualmente, con el aporte previsional solidario y la pensión básica solidaria.
“Los gastos del Estado por el sistema de AFP son superiores a los que puede generar el reparto, que también se puede palear ese posible déficit por los activos versus los pasivos con reservas que se hagan. Se puede invertir el dinero y se pueden cubrir estas pequeñas falencias, que son insignificantes en comparación con la catástrofe socioeconómica, el genocidio social que significa el sistema de AFP en Chile”, manifestó el experto.
Los simpatizantes del modelo de reparto concuerdan en que el Instituto de Previsión Social puede ser la entidad encargada de entregar las pensiones y administra el Fondo Acumulado, el que, según varios economistas, asciende a 160 mil millones de dólares.