El 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil y este 2013 el punto está en el trabajo doméstico, una realidad oculta al interior de los hogares, con 10 millones de menores que no reciben educación por estar sometidos a un sistema laboral ilegal.
Patricia Roa, oficial de Programación de la OIT, destacó que Chile mantiene un programa estatal para erradicar esta práctica, suscribiendo tratados que fiscalizan la utilización de menores en prostitución u otros empleos de mayor riesgo. A su juicio, la desigualdad económica es un factor que empuja a los hijos a sumarse a la fuerza laboral de una familia.
“Nos alegramos de las cifras de creación de empleo, pero estas cifras debemos interrogarlas de acuerdo a la calidad, a los salarios que genera, al desarrollo en los ciudadanos. Estos niños no están solos, son hijos de trabajadores en condiciones precarias que no otorgan bienestar. Si se procura mayor equidad, es una medida macro para combatir el trabajo infantil”, dijo.
En Chile, la agricultura y el comercio son áreas que más atraen a menores de bajos recursos, quienes adecúan su año escolar a las vacantes laborales. En este sentido, Candy Fabio, analista de Unicef, recalcó que la principal tarea del Gobierno es procurar que el sistema educativo sea prioridad, sobre todo el sistema que es financiado por el Estado.
Candy Fabio explicó que “el trabajo infantil es incompatible con educación, tareas como ir a la escuela, estar concentrado, jornada completa, no permiten cumplir con una labor como lo es un trabajo, y termina perjudicando y favoreciendo la deserción. Nosotros trabajamos la prevención, para eso hay que trabajar en la educación que reciben”.
Actualmente, el Servicio Nacional de Menores se mantiene expectante ante un proyecto que se discute en el Parlamento, que divide sus funciones entre jóvenes que cumplen una sentencia judicial y quienes reciben protección social.
En esta línea, Pablo Pérez, asesor nacional de programas de Aldeas SOS, recalcó en un sistema integral de asistencia: “En Chile en general se trabaja de forma sectorizada, hay esfuerzos para que dialoguen, pero responden a agendas distintas. Los que intervenimos con los niños se ven en incapacidad de hacerlo integral. El sistema educativo no está capacitado para niños en riesgo social, en salud no hay capacidad de atención en salud mental, el primer elemento está en una atención integral”.
En Chile, la ley permite trabajar a adolescentes entre 15 y 18 años. Las cifras hablan de 200 mil menores trabajando ilegalmente, aun cuando los analistas advierten que los índices oficiales están obsoletos. Justamente en junio se conocerá la Encuesta Nacional, realizada por el Ejecutivo junto a Unicef y la Organización Internacional del Trabajo.
A nivel general, los infantes que trabajan superan los 220 millones en todo el planeta. De los 10 millones que están en trabajo doméstico, un 65% tiene entre 5 y 15 años, donde más de 71% son mujeres.