Unos 50,5 millones de iraníes votan esta jornada para designar al sucesor del controvertido presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, quien no puede volver a presentarse a las elecciones luego de haber conseguido cuatro años atrás un último mandato en unos comicios tachados de fraudulentos.
En esta oportunidad, el Consejo de los Guardianes de la Revolución autorizó la candidatura de ocho postulantes, entre los que finalmente quedaron cinco conservadores más o menos cercanos al guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, y la esperanza del llamado campo moderado o reformista, representado por Hasan Rohani, un religioso de 64 años.
Entre los postulantes más cercanos a Jamenei figuran el exjefe de la diplomacia Ali Akbar Velayati, el alcalde de Teherán Mohamad Bagher Ghalibaf y el jefe de las negociaciones nucleares Said Jalili. Con menos chances de acceder a una segunda vuelta están Mohsen Rezai y Mohamad Gharazi.
En estas elecciones, denunciadas por su “falta de transparencia” por Estados Unidos y Francia, el régimen espera un alto índice de participación que le dé legitimidad a un sistema que quedó fragilizado tras la sangrienta represión de las protestas luego del anuncio del triunfo de Ahmadinejad. Los dos candidatos reformadores que estaban en liza, Hosein Musavi y Mehdi Karubi, se encuentran en arresto domiciliario desde 2011.
También sueña con una gran movilización el candidato reformista, que cuenta con el apoyo de los expresidentes Akbar Hachemi Rafsandjani y Mohamad Jatami.
La segunda vuelta está prevista para el 21 de junio en caso de que ninguno de los seis candidatos obtenga el 50,1% de los votos. Se espera que este sábado se divulguen los primeros resultados.
Para Occidente la expectativa pasa por saber con quién habrá que negociar una solución en el expediente nuclear. Rohani, antiguo negociador jefe del dossier nuclear bajo la presidencia de Jatami, aboga por una política más flexible en las negociaciones con las grandes potencias para reducir el impacto de las sanciones.
En el campo opuesto, donde los candidatos se han negado a presentar un candidato único, Velayati aboga por “el compromiso y la armonía” en política exterior, mientras que Said Jalili, representante del guía en las negociaciones, es partidario de la línea dura, de una “economía de resistencia” y rechaza cualquier “concesión”.