Los científicos llevan décadas tratando de desentrañar los mecanismos que impulsan al Sol, pero cómo se las arregla para liberar una energía que puede alcanzar hasta 2,8 millones de grados centígrados desde su superficie relativamente fría continúa siendo un misterio.
Es por ello que este jueves la NASA puso en órbita un pequeño telescopio que estará observando el Sol a 643 kilómetros de la Tierra, con la misión de determinar la forma en la que el Sol calienta su atmósfera a millones de grados y envía ríos de partículas que definen el límite del sistema solar.
El objetivo es poder mejorar los pronósticos del estado del tiempo en el espacio, lo cual puede perturbar los sistemas de comunicaciones en la Tierra.
El telescopio ultravioleta de 2,1 metros de largo y 204 kilos de peso está diseñado para capturar imágenes de alta resolución de los movimientos de la luz desde la superficie del Sol, conocida como la fotosfera, hacia la cromosfera.