La imagen se repitió casi como si se tratara de un deja vú. Los protagonistas y las circunstancias son otras, pero el júbilo de la plaza Tahrir y los militares en primera plana informativa hicieron recordar el momento en que la revolución lograba sacar a Hosni del mismo palacio presidencial.
Mohamed Morsi alcanzó a cumplir un año en el poder, no los veinte de su antecesor, pero la crisis social, la división del país, la radicalización de la Constitución, fueron la mezcla perfecta para este golpe militar, anunciado en horas de la tarde por el jefe del ejército, el general Abdel Fatah Al Sisi, que también dio la hoja de ruta de los militares para una nueva transición política. Hoja de ruta Mohamed Morsi alcanzó aque, entre otras cosas, señala que el poder provisorio queda en manos del jpalacio presidencial. efe de la corte constitucional, Adly Mansour, quien deberá llamar a nuevas eleccionMubarak del mismo es.
E
l profesor Hany El Erian El Bassal, de la cátedra de estudios árabes de la Universidad de Alicante en España, comenta que el golpe de los militares no es más que un nuevo capítulo de la revolución que terminó con la caída de Hosni Mubarak. “Los militares lo que han hecho es obedecer a lo que quiere la gente –señala el catedrático- los partidarios de Morsi son una parte mínima. Cuando salen veinte millones de personas diciéndole a Morsi que se vaya y salen dos millones diciendo que se queda, ¿quién es la mayoría?”.
El ex presidente Morsi y su equipo de gobierno están bajo arresto domiciliario, según los Hermanos Musulmanes, sin que las fuerzas de seguridad hayan indicado el lugar exacto en que se encuentran. A pesar de eso se pudo conocer su opinión a través de video, previamente grabado, en donde señala que él es ‘el único presidente de Egipto’ y llama a sus partidarios a la resistencia pacífica.
El ejército había dado de plazo hasta la tarde de este miércoles para que elex mandatario escuchara las reivindicaciones del pueblo. Una solución difícil de encontrar en tan poco tiempo ya que Egipto presenta problemas en su estructura política. Así lo comenta Hany El Erian El Bassal de la Universidad de Alicante en España: “El problema es que en Egipto no hay un parlamento que pueda censurar a un presidente cuando se equivoca. Egipto está desde hace un año sin parlamento Cuando un país tiene esa realidad, ¿cómo puede reaccionar? El pueblo ha salido a las calles a censurar a su presidente y quitarle la confianza”.
Por su parte los gobiernos occidentales se inquietan por las consecuencias que pueda tener esta maniobra del ejército. Estados Unidos evacuó su embajada por temor a que la situación empeoré. Paralelamente la Unión Europea llamó a todas las partes implicadas a volver rápidamente a un proceso democrático.
Esto mientras el ejército amenazaba con desarticular las manifestaciones a favor del depuesto presidente. Al menos cuatro personas murieron en choques entre la policía y seguidores de Morsi.