Adli Mansur, un juez poco conocido, es desde este jueves el presidente interino de Egipto, luego de ser designado por el Ejército que, secundado por un masivo apoyo popular, derrocó el miércoles al islamista Mohamed Morsi, primer presidente democráticamente elegido de la historia de este país.
Hasta ahora presidente del Tribunal Constitucional, Mansur prometió en un breve discurso “proteger el sistema republicano” y ser el “garante de los intereses del pueblo”.
Entretanto, los militares cercaban a los Hermanos Musulmanes, la cofradía islamista que llevó al poder a Mohamed Morsi, detenido este jueves en el ministerio de Defensa. Además se emitieron 300 órdenes de arresto contra los miembros del movimiento. Dos de sus dirigentes fueron capturados, Saad al Katatni y Rashed Bayumi. Según una fuente judicial, se emitió además una orden de arresto contra el jefe de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie. Los dirigentes del movimiento tienen prohibido abandonar el país.
Antes de ser detenido, Mursi grabó un mensaje en video en el que afirma que sigue siendo “el presidente electo de Egipto” y denunció un “golpe de Estado completo, rechazado por los hombres libres del país”.
En cuanto al futuro, la “hoja de ruta” de la transición política fue anunciada por el general Sisi tras conversaciones con el representante de la oposición, Mohamed ElBaradei, y con los principales dignatarios religiosos musulmanes y cristianos del país.
“Además de la suspensión provisional de la Constitución” la hoja de ruta prevé que “el presidente interino Adli Mansur se ocupe de los asuntos del país durante el periodo de transición hasta la elección de un nuevo presidente”, anunció Sisi, subrayando que el ejército “permanecerá alejado de la política”.
En las calles de El Cairo, la prensa comentaba los sucesos de las últimas horas, precipitados luego de que Morsi rechazara el ultimátum fijado por los militares para que abandonara el poder.
“Victoria para la legitimidad popular”, “El presidente derrocado por la legitimidad popular”, “Egipto está de regreso”, titulaban los diarios del nuevo oficialismo y los independientes. En cambio, el diario Horreya Al Adala de los Hermanos Musulmanes ignoró el derrocamiento y tituló sobre las manifestaciones a favor de Mursi.
Reacciones internacionales
El derrocamiento de Mohamed Morsi genera inquietud en el extranjero. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió que se restablezca rápidamente un régimen civil.
Estados Unidos dijo analizar las implicaciones legales en la importante ayuda militar que otorga a Egipto, mientras que Rusia pide “moderación” a todas las partes.
La Unión Europea exhortó las facciones a “regresar rápidamente al proceso democrático”, en especial con nuevos comicios presidenciales, como prometieron los militares al suspender la Constitución.
En la región, el rey Abdalá de Arabia Saudita fue el primer dirigente extranjero en felicitar al nuevo presidente interino, al que calificó como el “presidente de la hermana República árabe de Egipto”, incluso antes de que éste prestara juramento.
Siria, con quien el presidente Mursi había roto las relaciones diplomáticas, estimó que su derrocamiento era un “gran logro”.
En cuanto a Israel, el gobierno permaneció silencioso sobre la crisis en Egipto, primer país árabe con el que firmó un acuerdo de paz, en 1979.