La directora de Presupuestos, Rossana Costa presentó, a la comisión Mixta de Presupuestos en el Congreso, la proyección del ministerio de Hacienda respecto del Producto Interno Bruto, una estimación de crecimiento que baja a un 4,6 por ciento para este año.
Esto deriva en un aumento del déficit fiscal, que alcanza un -1,2% del PIB, lo que significa que el Ejecutivo mantiene su política de gasto pese a que se reducen las fuentes de ingreso, ya sea por menos impuestos, o con la baja del precio del cobre.
El economista Víctor Salas, docente de la Universidad de Santiago, señala que la decisión de Hacienda por sostener el gasto obedece a un ciclo político, para motivar la producción: “Se ha decidido gastar más, o mantener la situación de gasto, para sostener la demanda agregada, que será declinante como el primer año en términos de actividad productiva. Lo que debe hacer un Gobierno es solventar el gasto fiscal para absorber la demanda agregada, eso ha decidido el ministro, lo que deriva en una situación de déficit”.
En otro aspecto, Alejandro Micco, profesor en la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, indica que esta situación fue advertida con antelación, pero opacada por las altas cifras del cobre durante los últimos meses.
A juicio del economista, esto deriva en una estrechez financiera que obliga a nuevos mecanismos de recaudación estatal, sumando argumentos a una reforma tributaria: “Lo que es preocupante, es que este déficit se dé con un cobre aún muy alto. Un solo centavo menos en el precio del cobre, implica 50 millones de dólares menos para el Fisco chileno. Todavía podemos tener una nueva corrección del precio del cobre y aumente el déficit fiscal. Para un próximo gobierno, deja la preocupación que tiene más estrechez en términos fiscales, y si quiere reformas, no queda otra que una reforma tributaria para garantizar recursos permanentes”.
En esta línea, Manuel Riesco, vicepresidente del Centro de Estudios de Desarrollo Alternativo, establece que en esta coyuntura se reconoce la baja participación del Estado, figura clave en momentos de menor recaudación. Ante ello, más que limitar el gasto fiscal, la próxima administración deberá enfrentar el escenario con una reforma sustantiva.
“Actualmente el Estado pesa un quinto del PIB, y lo lógico es que pase a un tercio en un corto plazo. Hay que hacer crecer el Estado, pero no a costa de déficit, sino de mayores ingresos. En el caso de Chile, hay que hacer una reforma tributaria que permita que los sectores de mayores ingresos paguen impuesto, que hasta el momento no lo hacen”, dijo.
Los analistas apuntan a que el Ejecutivo destina mayores gastos en su último año de gestión, ejemplificado en tres bonos sociales anunciados por esta administración. Esta condición reviste especial importancia, ya que estos números definen el fondo fiscal que delimita el Presupuesto de 2014, que será ejecutado por un nuevo gobierno.