El maquinista del tren accidentado en Santiago de Compostela afirma que no comprende por qué no frenó a tiempo y evitó la catástrofe, que causó 79 muertos, en un fragmento de su declaración ante el juez publicada este miércoles por el diario madrileño El País.
“Señoría, sinceramente le digo que no lo sé, si no, no estoy tan loco como para no frenar”, explica el conductor, Francisco José Garzón Amo, durante su interrogatorio el domingo por el juez Luis Aláez. El 24 de julio a las 20H42 (18H42 GMT), el convoy procedente de Madrid con más de 250 personas a bordo había descarrilado en una curva peligrosa a 4 km de la estación de Santiago, una zona donde la línea, de alta velocidad hasta ese momento, se transforma en vía convencional y la velocidad se limita a 80 km/h.
“¿Usted activó el freno en algún momento?”, le preguntó el magistrado. Sí, pero “era inevitable ya”, responde el maquinista en este fragmento de audio publicado en la web del diario. “Antes de que se venza el tren, llevo todo activado y veo que no, que no, que no paso”, agrega. “No me dio tiempo a nada”, reconoce el hombre visiblemente alterado. “Es que no le doy la explicación, todavía ni lo comprendo ahora”, afirma cuando el juez le pregunta por qué no redujo antes la velocidad del convoy.
Las primeras informaciones proporcionadas el martes por las cajas negras del tren revelaron que éste circulaba a 192 km/h pocos kilómetros antes del accidente y que frenó solo a segundos de descarrillar, a 153 km/h, chocando contra una pared de contención a su llegada a Santiago.
El audio grabado en las cajas negras mostró también que el conductor hablaba por teléfono en el momento del accidente con un empleado de Renfe, la compañía española de ferrocarril, que lo había llamado minutos antes “para indicarle el camino que tenía que seguir al llegar a Ferrol”, su destino final,informó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
En ese momento, “parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel”, según el tribunal. Garzón, un maquinista experimentado de 52 años, fue imputado de 79 homicidios por imprudencia, tras lo que quedó en libertad con cargos.