El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, defendió el cuestionado Sistema de Protección al Contribuyente del Impuesto Específico a los Combustibles (Sipco), en una semana en la que las alzas del combustible alcanzaron precios históricos en Santiago.
Para el ministro, el Sipco jamás fue concebido como un subsidio permanente al precio de los combustibles, aunque destacó que pese a ello los ha apaciguado una de cada cuatro semanas, desde su entrada en vigencia.
“Cuando ha operado, hemos logrado contener los precios en más de veinte pesos en promedio. Por tanto es cierto que este es un mecanismo que nunca se planteó como un subsidio permanente, sí como un mecanismo para suavizar alzas. Pero si al final estas alzas quedan, no es un mecanismo para subsidiar en forma permanente el precio de los combustibles, es un mecanismo para suavizar, como fue antiguamente el FEPCO y el FEP, que operan desde el año 1990 en Chile”, enfatizó.
Sin embargo, gremios de transportes criticaron este sistema y exigieron al Gobierno una solución. La UDI, en tanto, apuntó al impuesto específico a los combustibles, proponiendo una reducción gradual de 0,5 UTM por año, que se reflejaría en una rebaja de entre 80 a 120 pesos en el precio de las bencinas.
Para el economista y experto en energía, Miguel Márquez, “lo más preocupante es que Chile carece de un mencanismo que permita enfrentar en el largo plazo esta dependencia de los derivados del petróleo” y apunta además a que la recaudación por materia de impuestos al combustible es cercana a los dos mil millones de dólares anuales.
“Esto es significativo en el presupuesto de la nación. Si se desea mantener, por la necesidad de reforma educativa, entre otras, es altamente probable y deseable no solo mantenerlo, sino que incorporar a aquellos que no están pagando el impuesto específico, de tal manera de que disminuya la carga tributaria sobre aquellos que lo están pagando: el automovilista individual, el colectivero, el taxista, pero sí lo paguen los grandes que hoy día están exentos”, propuso.
Cabe recordar que las grandes empresas y las mineras reciben una importante devolución de este impuesto, por lo que parte importante de su peso recae en los microempresarios y la clase media.
En tanto, el periodista y analista económico Roberto Meza, advierte de la necesidad de idear un mejor sistema de recaudación o mejorar el existente, haciendo notar que en este minuto no resulta conveniente para el Gobierno modificar el Sipco o reducir los impuestos, debido a que “al revés, necesitan sacar plata de otros lados porque hay demasiadas exigencias sociales”.
“Y no pueden llegar y tomar las platas que están afuera, porque si lo hacen baja el dólar y eso perjudica a los exportadores. Todo esto es una cantidad de equilibrios que hay que considerar, esto es un sistema en el que aprietas algo por acá y se levanta por allá”, explica.
Se proyecta que, a partir del jueves, la gasolina sume una nueva alza y la de 93 octanos llegue a $823 por litro, la de 95 a $848 por litro y la de 97 octanos alcanzaría los $884 por litro.