La Universidad Autónoma fijó un plan a mediano plazo que contempla la contratación de 240 profesionales españoles antes del año 2015. Doctorados en distintas áreas se suman a la planta docente de esta institución, de los cuales, un segundo grupo de 20 profesores, llegó la semana pasada y se integrarán a las sedes de Santiago, Talca y Temuco, según su especialización.
Son profesores de ingeniería y ciencias sociales y también hay un plan que se analiza en la universidad para sumar profesionales relacionados a la medicina. Este fenómeno no es aislado: en los últimos cuatro años el número de profesores extranjeros en educación superior aumentó en un 39%.
Flavia Fiabane, directora ejecutiva del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE), destaca que los planteles deben considerar las razones para traer docentes del extranjero, en reemplazo de potenciar el capital humano local, para futuras docencias e investigaciones.
“Una pregunta interesante sería saber si estas universidades que contratan profesores foráneos si tienen un diagnóstico técnico profesional de porqué ese tipo de profesionales mejoraría las condiciones del servicio educativo. Una segunda cosa es que tenemos claro que un país con nuestras condiciones necesita incrementar formación de capital humano, entonces uno piensa si es mejor que esas universidades inviertan en acrecentar los fondos de investigación y formación de doctores en el extranjero, y no al revés”, señaló.
En esta línea, la investigadora subraya que Chile tiene un déficit de profesionales especializados, además de no lograr un método que permita aprovechar la capacitación becada en el extranjero: “Nos falta harto en todos los niveles, falta mucha plata para investigar aquí. Hay muchas cosas que hacemos que requieren más investigación, para avanzar en conocimiento, pudiendo alimentar las políticas públicas o iniciativas relacionadas”.
Por su parte, Judith Scheele, investigadora del Centro de Políticas Compradas de Educación de la Universidad Diego Portales, destacó este proceso como interacción académica, ya que estos profesores suman una nueva perspectiva académica, además de potenciar una apreciación global de la universidad.
A su juicio, “el efecto que podría tener es un aporte para los alumnos y otros profesores. Además del conocimiento académico, tiene una perspectiva distinta. Sobre todo para los alumnos que no tienen experiencia laboral, puede ser interesante conocer estos aspectos, de una misma área de estudio, pero con otra perspectiva, ya sea europea o española”.
En otra arista, Juan Pablo Valenzuela, miembro del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, plantea que el escenario local no ha logrado unir el ámbito académico y científico con el área industrial y productiva, plataforma que potencia la investigación en el país.
Valenzuela destacó que “el vínculo del mundo académico, científico y la empresa, es muy estrecho en el mundo desarrollado, donde tenemos que avanzar en el caso chileno. Tenemos una escasa vinculación entre mundo productivo y mundo de academia y centros de investigaciones, mucho de los doctores que llegan deberían participar en centros de investigación, especializados en determinada disciplina”.
Según las cifras del sitio mifuturo.cl, del Servicio de Información de Educación Superior del Mineduc, a 2012 son de 2 mil 25 docentes foráneos, un 3,1% de los docentes en universidades e institutos. De este número, 750 tienen grado de doctorado, y 426 de magíster.
