En agosto de este año la Biblioteca Nacional cumplió 200 años y las celebraciones se hicieron en grande y con diversas actividades que dan cuenta de la trayectoria que ha desarrollado la institución en Chile.
Como parte de la organización se presenta la exposición “La memoria que nos une” en el Salón Bicentenario y Galería de Cristal del recinto de la Avenida Libertador Bernardo O’Higgins, donde se exhiben documentos, audios, imágenes y material audiovisual que recorre diversas colecciones del establecimiento patrimonial.
Carolina Tapia, curadora de la exposición, explica que la muestra “relata la diversidad material y temática que tiene la biblioteca”. Y agrega que ésta “parte del año de fundación del recinto en 1813, en plena conformación de la Patria Vieja y tres años después de la Junta Nacional de Gobierno. Es decir, es la primera institución cultural de la república de Chile y las colecciones tienen directa relación con los episodios históricos de la vida independiente de la nación”.
La memoria que nos une se inicia en el siglo XIX y termina en las últimas décadas del XX, pasando por importantes momentos históricos con fotografías de la primera junta de gobierno, la primera edición de La aurora de Chile, El Monitor Araucano, y las obras de los naturalistas Claudio Gay y Rodulfo Phillippi.
En tanto en el siglo XX se muestran las revistas Sucesos (1902-1932), Zig Zag (1905-1964) y Nosotras (1902), como también música y extractos de locuciones radiales, de televisión y varios afiches que dan cuenta de la consolidación republicana del país.
Todo ese material se expone en una estructura de madera que pareciera que no está terminada, con el objetivo de “mostrar la memoria en construcción y que la historia nunca termina de realizarse”, dijo la historiadora del arte. Y resaltó que ésta se lleva a cabo “no sólo con los documentos más eruditos, como cartas o archivos judiciales o ministeriales, sino que tiene que ver con todo lo que produce el ser humano en distintos formatos, no sólo el papel”.
Take away
La exposición, además, cuenta con una innovadora sección, llamada Take away, en la que el público que la visita puede retirarse con una de las imágenes que se exhiben.
El arquitecto y encargado de la museografía, Pablo Brugnoli, señaló que “la idea es compartir y que la gente sea partícipe de una experiencia mayor que consiste en llevarse a su casa una parte de la biblioteca con el fin de ser una muestra activa y no contemplativa”.
“De todas las reproducciones la que más se lleva la gente es un afiche de la selección chilena de 1962”, dicen los organizadores, quienes sostienen que es una de las que más llama la atención, además de las de los naturalistas del siglo XIX.
“La memoria que nos une” permanecerá abierta a todo público en la Biblioteca Nacional hasta diciembre de 2013 de forma gratuita.