El estudio abarcó a estudiantes de tercero y cuarto medio de nuestro país pertenecientes a establecimientos municipales, particulares subvencionados y privados, efectuándose un total de 1200 entrevistas entre el 16 de agosto y el 1 de septiembre del presente año.

Entre las principales conclusiones destaca que “el sistema de educación superior chileno es segregado, segmentando geográficamente y socioeconómicamente”.

La medición agrega que “los alumnos reconocen en el sistema los segmentos a los cuales tienen acceso según donde viven, el nivel de educación media que han tenido acceso y cuanto financiamiento tienen”.

Dentro de los resultados destaca que el 82% de los alumnos desearía continuar sus estudios en la Universidad de Chile, mientras que un 78% menciona a la Pontificia Universidad Católica dentro de sus preferencias.

Más atrás se ubica la Universidad de Santiago con un 28%, la Universidad de Concepción con un 24% y la Universidad Técnica Federico Santa María con un 20%.

Si se considera la opinión solamente de los estudiantes de los colegios particulares pagados, la valoración de las universidades públicas aumente a un 89% en el caso de la Universidad de Chile y a un 87% en la Universidad Católica, lo que a juicio de la directora de Mori, Marta Lagos, habla de la preferencia de los grupos de élite por estas instituciones.

Sin embargo, para Marta Lagos el sistema de educación superior chileno es un “fracaso”, con un sinfín de establecimientos “atomizados”.

En este sentido, la directora de la consultora MORI explicó que “tenemos un sistema de Educación Superior precario que está dominado por dos universidades que son universales, tres universidades que están entrando al sistema universal, que son la USACH, la U. de Concepción y la U. Federico santa María, después viene un mundo de distintos segmentos atomizados, donde los que mandan tienen sus propias universidades, ahí están las universidades de los que mandan, que no son las mismas que usan todo el mundo”.

“La recuperación de la imagen de las universidades públicas es uno de los muchos indicadores de este estudio que muestra como los chilenos deciden volver a lo conocido ante la debacle del sistema privado con los escándalos del año 2013”, sostiene el documento refiriéndose a la mejora que tuvieron las universidades públicas en cuanto a percepción, en comparación con el año 2012.

Un alza de 12 puntos de un 58% a un 70% de valoración positiva, explicado en gran medida por la “falta de información que contribuye a un mayor castigo en este sentido”.

Otro de las cifras que destacó es informe es que 6 de cada 10 estudiantes quiere continuar sus estudios en una universidad por sobre un Instituto Profesional o un Centro de Formación Técnicas que en muchos casos, pueden ser mejores opciones.

Para Marta Lagos esto habla de un paradigma cultural que no ha podido modificarse en la sociedad: “Seis de cada diez estudiantes quiere entrar, pero no ingresan seis de cada diez y en los Institutos Profesionales (IP) que debería ser al contrario seis de cada diez estudiantes deberían querer entrar a los IP, que además tienen buenos sueldos, han aumentado su prestigio social, pero el problema es el sistema de Educación Superior, por eso digo que no hay un Sistema de Educación Superior, hay instituciones que imparten Educación Superior, pero no necesariamente hay un Sistema de Educación Superior”.

A juicio de Mori, “se requiere más transparencia, más información y más criterios objetivos de calidad para que los alumnos puedan tomar sus decisiones no guiados por la marca solamente, ni por la agenda informativa y la propaganda sino por criterios que les permitan elegir de verdad lo mejor”.

Para el académico del Observatorio Chileno de Políticas Educativas, OPECH, Mario Sobarzo, la crisis del sistema es generalizada: “El sistema entero no da el ancho para los efectos de lo que se espera de las universidades en Chile, no está a la altura porque no hay recursos, cabe recordar que las universidades que reciben, logran percibir 12% de su Presupuesto. Tampoco da el ancho porque la institucionalidad es una institucionalidad anacrónica que nadie ha querido mejorar y no da el ancho tampoco porque el sistema interno es tan fragmentado y hacia afuera también es fragmentado que los conflictos que se generan para hacer cualquier cambios son brutales”.

Respecto de las peores universidades para los estudiantes de tercero y cuarto medio del país, el estudio demuestra que aumentaron en cantidad, lo que se explica por la mayor cantidad de información aparecida en los medios de prensa que han recogido los alumnos.

El estudio incorporó además una consulta relativa a la percepción que tiene la incorporación del Ranking de Notas en el sistema de admisión a la educación superior del país, registrando una valoración positiva cercana al 65%.