En diciembre de 2000, la Unesco nominó a catorce iglesias de Chiloé como Patrimonio de la Humanidad, a las que luego se sumarían dos más, reconociendo de esta manera el valor universal excepcional que representan estos monumentos construidos íntegramente de madera.
Las 16 iglesias son parte de una escuela de arquitectura en madera construida con una técnica singular, que combina las habilidades de los maestros locales con la influencia de los jesuitas que iniciaron la evangelización de la isla.
Pese a los siglos, las construcciones de nuevos templos y la mantención y reparación de otros, estas iglesias mantienen su estilo característico y, además, aun congregan a sus comunidades y fieles, hecho que las hace diferentes de otros conjuntos como las misiones jesuitas de Paraguay o Argentina.
Precisamente esto es lo que evaluarán los observadores de Unesco que llegarán en la zona y que a partir de mañana revisarán el estado patrimonial de estas construcciones, sobre todo considerando hechos como el ocurrido en Castro, donde la construcción de un Centro Comercial ha impactado directamente el entorno de la iglesia emplazada en la zona.
Para el vocero del Movimiento Ciudadanos por Castro, Félix Oyarzún, la misión de Unesco llega un poco tarde, pero de todas formas es una buena noticia para el lugar.
En este sentido, el representante de la organización ciudadana indicó que “ideal que hubiese ocurrido hace un año atrás esta visita y lo que hay que valorar es que ellos avalen un poco el valor patrimonial que tiene Castro en su casco histórico y también el valor patrimonial que tiene en general la Isla de Chiloé”.
Uno de los trabajos que realizarían los observadores de Unesco sería proponer medidas que mitiguen el impacto visual que ha provocado la construcción del Centro Comercial de Castro, algo que para Oyarzún resulta imposible.
Por esto, el portavoz del movimiento ciudadano de Castro explicó que “yo creo que ya es imposible, la única forma en se podría haber aminorado el impacto visual es que la empresa hubiera respetado el permiso de construcción original, eso significa que hubiese quedado dos pisos más bajo de lo que es actualmente y ahora es llorar sobre la leche derramada. Lo que se tiene que considerar más allá del impacto visual es el impacto vial”.
En tanto, el director de la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé, Cristián Larrère, concuerda en el impacto negativo de la construcción de este Centro Comercial, aunque aclara que eso no debería impactar, de sobremanera, en la evaluación general que se hará de las 16 iglesias de Chiloé.
En esa línea, el representante de la fundación ligada a las Iglesias de Chiloé dijo que “yo creo que si bien suena bastante mediáticamente estas situaciones como el Mall de Castro en la suma creemos que se ha hecho una labor bastante buena, no obstante estamos expectantes en que efectivamente se nos den también las pautas y se nos ayude a dar un mayor impulso a crear medidas de protección del bien patrimonial para que estas situaciones como del Mall no se vuelvan a repetir”.
Cabe señalar que los observadores de la Unesco visitaron previamente la ciudad de Valparaíso, que enfrenta un problema similar a Castro con la construcción de un Centro Comercial en el sector de Muelle Barón, precisamente el lugar que es considerado patrimonio mundial por la organización internacional.
Para el arquitecto de la Universidad de Valparaíso, Mario Ferrada, en conversación con el programa “Arquitectura da que pensar” de nuestra emisora, estos hechos demuestran la necesidad imperiosa de que el Estado se haga parte del problema patrimonial.
Respecto de esta deuda del Estado chileno con las construcciones patrimoniales Ferrada indicó que “creo que las causas o lo que habría que corregir son tres aspectos, primero que el Estado realmente asuma el rol que le corresponde respecto de los patrimonios mundiales en Chile, significa un financiamiento especial para la conservación, significa fortalecer a las instituciones y que el Estado esté mucho más presente en forma permanente en estos sitios. En segundo lugar, que haya realmente un fortalecimiento y un incentivo sin tener miedo a que la comunidad se empodere mucho más y tome las responsabilidades del patrimonio que tiene en sus manos y tercero fortalecer las políticas públicas”.
Los observadores de Unesco llegarán hoy a Chiloé y se espera que a partir de este martes, desde las 9:00 de la mañana comiencen el recorrido que los llevará por las 16 iglesias patrimoniales de la isla.
Dichas iglesias se encuentran en: Achao, Aldachildo, Castro, Chonchi, Colo, Dalcahue, Detif, Ichuac, Nercón, Quinchao, Rilán, San Juan, Tenaún, Vilupulli, Chelín y Caguach.
Si bien las organizaciones sociales confían en que el informe de los observadores será favorable, de resultar negativo ni las iglesias, ni tampoco Valparaíso perderían su condición de patrimonio de la humanidad, sino que se recalificarían como “patrimonios en peligro” que obliga a tomar una serie de medidas que eviten la perdida de este rango.