A dos años que se retiraran las fuerzas estadounidenses, los ministerios de Sanidad y Defensa de Irak anunciaron que la cifra de personas fallecidas a consecuencia de la oleada de violencia que sacudió el país durante el mes de noviembre asciende a 948.

Por su parte, la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (UNAMI) publicó su propio balance de víctimas, que sitúa el número de muertos en 659, entre ellos 565 civiles. Asimismo, indicó que otras 1.373 personas han resultado heridas, 1.186 de ellas civiles.

Sobre la base de este informe, la provincia más afectada por los atentados fue la de Bagdad, en la que 224 personas murieron y 399 resultaron heridas. Luego de ella se sitúan las provincias de Ninive, Salahuddin y Diyala.

El representante especial de la Secretaría General de la ONU para Irak, Nickolai Mladenov, solicitó a las autoridades que implementen todas las medidas necesarias para proteger a la población: “Han de tomar con carácter de urgencia medidas inmediatas para localizar y hacer rendir cuentas a los responsables de estos crímenes, así como implementar medidas para garantizar la protección de todos los ciudadanos”, sostuvo.