El acuerdo, que se espera sea firmado a las 10H00 GMT según la presidencia ucraniana, estipula un regreso a la Constitución de 2004, que le otorga más poderes al Parlamento, y la formación de un gobierno de coalición en diez días, según el canal privado 1+1.
Al menos 75 muertos desde el martes, según el Gobierno. 65 muertos sólo el jueves según la oposición. Nadie discute sin embargo que el jueves fue el día de mayor violencia en Kiev tras tres meses de protestas.
El hotel Ucrania, ubicado en la plaza de la Independencia (Maidán), fue transformado en hospital y hasta allí llegaron las decenas de víctimas, heridos en la cabeza o en el corazón con balas reales, como testimoniaron los médicos y personal sanitario horas más tarde.
No lejos de allí, en el palacio de gobierno, el mandatario ucraniano se reunió con los cancilleres de Francia, Alemania y Polonia que a su vez conversaron con los líderes de la oposición. Tras cinco horas de diálogo con el mandatario ucraniano, el canciller francés Laurent Fabius reconoció que “la situación sigue siendo difícil”. Fabius dijo “hacer lo máximo en nombre de Europa para encontrar una salida pacífica a la crisis”.
Más optimista fue el canciller polaco, Donald Tusk, que tras la partida de Fabius a Pekín, reconoció que lograron un acuerdo “con Yanukovich para que se celebren elecciones presidenciales y parlamentarias este año y que se cree un gobierno de unidad nacional en los próximos diez días”.
Horas antes además, el resto de los cancilleres europeos en Bruselas se pusieron de acuerdo en privar de visados y congelar los haberes de quienes tienen las manos “manchadas de sangre” en Ucrania, indistintamente si están en la oposición o en el gobierno. Según la corresponsal de RFI en Bruselas, “todo apunta a que las primeras sanciones serán a un grupo reducido de seis a ocho miembros del gobierno pero que ni el propio presidente Yanukovich estará en la lista de sancionados para no romper el diálogo con Kiev, pues Europa aún cree en una salida política de la crisis”.
Según el ministro belga, Didier Reynders, las sanciones apuntan también a los equipos que pueden servir a la represión. Los europeos se pusieron también de acuerdo en flexibilizar el régimen de visados para “las personas heridas y los disidentes” y a suministrar una ayuda médica y humanitaria en Ucrania.
Francotiradores
Y mientras las negociaciones parecen avanzar, polémica despiertan las imágenes grabadas por Radio Free Europe/Radio Liberty, un medio de comunicación local, en que se ve a un hombre, presuntamente miembro de las fuerzas de seguridad, disparando con una Kalashnikov contra un blanco no identificado en el centro de Kiev. El hombre lleva un brazalete con la palabra Berkut que identifica a una unidad especial antidisturbios de la policía ucraniana, particularmente temida por los manifestantes.
El acuerdo, que se espera sea firmado a las 10H00 GMT según la presidencia ucraniana, estipula un regreso a la Constitución de 2004, que le otorga más poderes al Parlamento, y la formación de un gobierno de coalición en diez días, según el canal privado 1+1.
Al menos 75 muertos desde el martes, según el Gobierno. 65 muertos sólo el jueves según la oposición. Nadie discute sin embargo que el jueves fue el día de mayor violencia en Kiev tras tres meses de protestas.
El hotel Ucrania, ubicado en la plaza de la Independencia (Maidán), fue transformado en hospital y hasta allí llegaron las decenas de víctimas, heridos en la cabeza o en el corazón con balas reales, como testimoniaron los médicos y personal sanitario horas más tarde.
No lejos de allí, en el palacio de gobierno, el mandatario ucraniano se reunió con los cancilleres de Francia, Alemania y Polonia que a su vez conversaron con los líderes de la oposición. Tras cinco horas de diálogo con el mandatario ucraniano, el canciller francés Laurent Fabius reconoció que “la situación sigue siendo difícil”. Fabius dijo “hacer lo máximo en nombre de Europa para encontrar una salida pacífica a la crisis”.
Más optimista fue el canciller polaco, Donald Tusk, que tras la partida de Fabius a Pekín, reconoció que lograron un acuerdo “con Yanukovich para que se celebren elecciones presidenciales y parlamentarias este año y que se cree un gobierno de unidad nacional en los próximos diez días”.
Horas antes además, el resto de los cancilleres europeos en Bruselas se pusieron de acuerdo en privar de visados y congelar los haberes de quienes tienen las manos “manchadas de sangre” en Ucrania, indistintamente si están en la oposición o en el gobierno. Según la corresponsal de RFI en Bruselas, “todo apunta a que las primeras sanciones serán a un grupo reducido de seis a ocho miembros del gobierno pero que ni el propio presidente Yanukovich estará en la lista de sancionados para no romper el diálogo con Kiev, pues Europa aún cree en una salida política de la crisis”.
Según el ministro belga, Didier Reynders, las sanciones apuntan también a los equipos que pueden servir a la represión. Los europeos se pusieron también de acuerdo en flexibilizar el régimen de visados para “las personas heridas y los disidentes” y a suministrar una ayuda médica y humanitaria en Ucrania.
Francotiradores
Y mientras las negociaciones parecen avanzar, polémica despiertan las imágenes grabadas por Radio Free Europe/Radio Liberty, un medio de comunicación local, en que se ve a un hombre, presuntamente miembro de las fuerzas de seguridad, disparando con una Kalashnikov contra un blanco no identificado en el centro de Kiev. El hombre lleva un brazalete con la palabra Berkut que identifica a una unidad especial antidisturbios de la policía ucraniana, particularmente temida por los manifestantes.
El acuerdo, que se espera sea firmado a las 10H00 GMT según la presidencia ucraniana, estipula un regreso a la Constitución de 2004, que le otorga más poderes al Parlamento, y la formación de un gobierno de coalición en diez días, según el canal privado 1+1.
Al menos 75 muertos desde el martes, según el Gobierno. 65 muertos sólo el jueves según la oposición. Nadie discute sin embargo que el jueves fue el día de mayor violencia en Kiev tras tres meses de protestas.
El hotel Ucrania, ubicado en la plaza de la Independencia (Maidán), fue transformado en hospital y hasta allí llegaron las decenas de víctimas, heridos en la cabeza o en el corazón con balas reales, como testimoniaron los médicos y personal sanitario horas más tarde.
No lejos de allí, en el palacio de gobierno, el mandatario ucraniano se reunió con los cancilleres de Francia, Alemania y Polonia que a su vez conversaron con los líderes de la oposición. Tras cinco horas de diálogo con el mandatario ucraniano, el canciller francés Laurent Fabius reconoció que “la situación sigue siendo difícil”. Fabius dijo “hacer lo máximo en nombre de Europa para encontrar una salida pacífica a la crisis”.
Más optimista fue el canciller polaco, Donald Tusk, que tras la partida de Fabius a Pekín, reconoció que lograron un acuerdo “con Yanukovich para que se celebren elecciones presidenciales y parlamentarias este año y que se cree un gobierno de unidad nacional en los próximos diez días”.
Horas antes además, el resto de los cancilleres europeos en Bruselas se pusieron de acuerdo en privar de visados y congelar los haberes de quienes tienen las manos “manchadas de sangre” en Ucrania, indistintamente si están en la oposición o en el gobierno. Según la corresponsal de RFI en Bruselas, “todo apunta a que las primeras sanciones serán a un grupo reducido de seis a ocho miembros del gobierno pero que ni el propio presidente Yanukovich estará en la lista de sancionados para no romper el diálogo con Kiev, pues Europa aún cree en una salida política de la crisis”.
Según el ministro belga, Didier Reynders, las sanciones apuntan también a los equipos que pueden servir a la represión. Los europeos se pusieron también de acuerdo en flexibilizar el régimen de visados para “las personas heridas y los disidentes” y a suministrar una ayuda médica y humanitaria en Ucrania.
Francotiradores
Y mientras las negociaciones parecen avanzar, polémica despiertan las imágenes grabadas por Radio Free Europe/Radio Liberty, un medio de comunicación local, en que se ve a un hombre, presuntamente miembro de las fuerzas de seguridad, disparando con una Kalashnikov contra un blanco no identificado en el centro de Kiev. El hombre lleva un brazalete con la palabra Berkut que identifica a una unidad especial antidisturbios de la policía ucraniana, particularmente temida por los manifestantes.
