La historia que esconde la grabación recuperada por Quilapayún

Los originales de la "Cantata Santa María de Iquique" fueron destruidos luego del golpe militar, pero esta semana apareció una copia casi intacta que servirá para una reedición. "Nunca imaginé la importancia que tenía", dice la mujer que encontró el registro.

Los originales de la "Cantata Santa María de Iquique" fueron destruidos luego del golpe militar, pero esta semana apareció una copia casi intacta que servirá para una reedición. "Nunca imaginé la importancia que tenía", dice la mujer que encontró el registro.

En enero de este año, Maritza Las Heras tenía que embalar todas sus pertenencias para una mudanza. Se vio obligada a escarbar en un viejo baúl que nunca había explorado a fondo y que guardaba un tesoro casi intacto: una caja escondía una cinta copiada desde el máster de la Cantata Santa María de Iquique.

Inspirado por la matanza ocurrida en la Escuela Santa María en 1907, Luis Advis escribió la obra especialmente para Quilapayún, quienes la grabaron junto al actor Héctor Duvauchelle y la editaron en 1970, a través del sello Dicap.

¿Cómo llegó la cinta a ese baúl? Maritza fue parte del Ballet Folklórico de Chile Pucará, que en esos años montó un espectáculo de danza junto al grupo, y la copia fue hecha para apoyar las actuaciones o los ensayos. “No sé si la ocupamos para los recitales o para otra cosa, pero llegó a mis manos y alguien me dijo que la guardara”, recuerda la ex bailarina. “Y yo, fiel a las órdenes, la guardé tan guardada que durante años olvidé que la tenía en la misma bolsa y caja, tal como me la pasaron”, añade.

La caja lucía el nombre del disco con la letra de Eduardo Carrasco, uno de los fundadores de Quilapayún, a quien Maritza contactó para contarle de su hallazgo. “Nunca me imaginé que tenía tanta importancia”, dice.

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Eduardo Carrasco, en cambio, no tuvo dudas sobre el valor del hallazgo. Quilapayún grabó la Cantata Santa María de Iquique en el estudio que IRT tenía en un subterráneo de calle Catedral, junto a la Plaza de Armas, pero las cintas originales fueron destruidas luego del golpe militar, tal como ocurrió con muchos registros de la Nueva Canción Chilena.

Años más tarde, el disco fue reeditado a partir de copias de vinilo, pero la cinta recién encontrada tiene un interés único: “No es la misma calidad. Comparé las dos cosas y realmente la diferencia es impresionante, porque es un sonido mucho más potente y tiene muchas más frecuencias”, asegura Carrasco. “Cuando haces un disco desde una cinta, pierdes bastante del sonido original, entonces lo bonito es que tenemos la cinta en buen estado y con los procedimientos actuales podemos recuperar un sonido mucho mejor”.

La copia solo tiene daños menores en la parte final del disco, los que deberán ser reparados en un proceso que ya comenzó. La grabación fue digitalizada por Juan Pablo Carvajal y ahora es masterizada por Jorge Fortune en los estudios Triana, con miras a una próxima publicación en CD y en vinilo.

“La idea es sacar de circulación los discos y reemplazarlos por esta versión, que es mejor”, adelanta Carrasco. “Creo que la próxima semana ya vamos a tener la masterización hecha y eso hay que entregarlo al sello Warner, que tiene los derechos para editar la Cantata. Luego trataremos de armar algo, como un concierto especial”.

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Mientras, la cinta seguramente será destinada al Fondo Quilapayún, que contiene innumerables archivos, fotografías, afiches, grabaciones y cartas, entre otros objetos, y que es resguardado por el Instituto de Música de la Universidad Católica.





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