El hecho que su señora estuviese, cuando ocurrió el terremoto, viendo al médico en Santiago, ¿ejemplifica carencia de servicios adecuados en el norte, tal como ocurría hace 50 años?
– Así es. Como ocurre en las regiones más alejadas de Santiago, es muy difícil encontrar especialistas de excelencia para casos difíciles, como es el caso de mi esposa. Hablo, por ejemplo, de especialistas en Oftalmología y Endocrinología.
Según su testimonio del terremoto, ¿cómo estuvo el auxilio médico a los damnificados y habitantes de Iquique en general?
– Las informaciones que tengo de personas amigas, es que la atención médica no estuvo bien, sobre todo en los primeros días luego del terremoto. Eso fue así, a pesar de las noticias que buscan calmar a la población dadas por el Gobierno y la Municipalidad, y otras que han dado los medios de comunicación locales. Carabineros ha atendido más de una docena de partos, y aún no se conoce bien la cantidad de lesionados, hayan o no hayan sido atendidos. En Iquique, faltan especialistas en todos los rubros médicos, como lo señala reiteradamente el Colegio Médico local. Con el cierre de la Universidad del Mar, que tenía una Facultad de Medicina, esta situación empeorará.
Arica se queja de abandono permanente del gobierno central, que solo se rompe cuando hay situaciones como la de los límites con Perú. ¿Pasa algo parecido con Iquique?
– El centralismo es el peor morbo que corroe nuestra democracia y la convivencia nacional. Para empezar, además de la natural lentitud con que actúa el centro, también se ha formado una cultura general de falta de iniciativa de las autoridades regionales. Debiera descentralizarse el país a un nivel tal que las autoridades puedan actuar de inmediato y con iniciativa propia y no tengan que consultar sobre todo lo que hacen al gobierno central, como ocurre hoy.
Como analista ¿notó usted diferencia entre la reacción de las autoridades entre el 27-F y el sismo y alerta de tsunami de ahora?
– Hay varias situaciones que fueron producto de la lección aprendida a raíz de 27F. Primero, la Presidenta mandó inmediatamente a la región a varios ministros a trabajar con las autoridades locales, lo que no sucedió en 2010. Ello ha servido para mover desde Santiago auxilios de emergencia con relativa prontitud. Segundo, la Presidenta no vaciló en ordenar la movilización militar general que impidiera saqueos a las tiendas, supermercados y a las mismas casas, lo que felizmente no se produjo en escala importante. Sin embargo, no se entiende por qué el gobierno central no exigió a las empresas de agua, gas y electricidad mover más personal para agilizar trabajos de reparación y reposición de servicios. Es inaceptable que éstas hayan aducido problemas de “falta de personal y equipos” para ello. Perfectamente el personal uxiliar y equipos faltantes pudieron venir de otras regiones, incluso desde Santiago. Como solo se remitieron a trabajar con el personal y equipos locales, demoró demasiados días la llegada de la luz y el agua a la mayor parte de la población regional afectada por el terremoto, especialmente a Alto Hospicio. Es una lástima la falta de autoridad del poder civil central organizado sobre esas empresas.
Más allá de la displicencia de los mandos militares que entonces notamos todos, el columnista Ascanio Cavallo hizo notar que las FF.AA podían actuar sin necesidad de un DS que declarase zona de catástrofe, como lo hicieron ahora en el Norte. ¿Ocurrió ello efectivamente en terreno y a qué atribuiría Ud. la conducta distinta de no “relajamiento” de los altos mandos?
– Repito, las autoridades locales no tienen la cultura del trabajo administrativo descentralizado. Afortunadamente las FFAA actuaron de inmediato, porque así lo ordenó el gobierno central y el Alto Mando. No fue iniciativa propia de los mandos militares regionales.
¿Está de acuerdo con las estimaciones oficiales de inmuebles destruidos y número de damnificados?. Ya a estas alturas, ¿La reconstrucción será demorosa y qué medidas antisísmicas deberían tomarse para el futuro?
– Las estimaciones se quedan cortas, como siempre. Casas que no se ven destruidas, caerán en un breve tiempo más. La reconstrucción, por cierto, será larga. En la reconstrucción del sur, luego del 27-F, se invirtieron unos 30 mil millones de dólares, se extendió a lo largo de toda la administración Piñera, y eso que aún falta que hacer. Aunque la densidad de población es menor en el norte, creo que el daño no fue mucho menor, bien la reconstrucción aquí podría tomar unos 3 o 4 años. La sola reparación de la carretera entre Iquique y Alto Hospicio tomará varios años. Sobre qué medidas antisísmicas debieran tomarse, creo que debiera, en primer lugar, planificarse bien la construcción. Alto Hospicio es un enorme predio bajo el cual abundan espacios vacíos, arenosos y a veces con pozos acuíferos. Sin embargo, se venden sitios y más sitios, y la población construye donde no debiera hacerlo, y con materiales de baja calidad por los altos precios de éstos. En Iquique la situación no es muy distinta. Existen enormes extensiones de suelo arenoso a los pies del gran cerro acantilado que rodea Iquique por el Oriente, y en ellas se sigue construyendo. Los daños mayores abundan precisamente en los entornos señalados, en Iquique y Ato Hospicio.
¿Cómo considera el comportamiento de la población?. ¿Estuvieron a su disposición todos los auxilios necesarios, incluyendo los albergues?. Un bebé murió a la intemperie, porque no estaba con su familia en , por ejemplo, una escuela ¿Se abrieron prontamente los establecimientos educacionales para recibir a los evacuados?
– Dentro de todo, y a pesar del pánico general, la población actuó bien. Eso ocurrió porque, en verdad, todos esperábamos que vendría por lo menos un sismo fuerte y muy pronto. Hace unas tres semanas hubo una alarma de tsunami y la población reaccionó bien, y de manera muy organizada. Los albergues mayores siempre son las escuelas, pero como la educación privada pagada y privada subvencionada no es de propiedad estatal, las escuelas públicas, que se abrieron de inmediato, no dieron abasto. Ya ve, usted: este es un efecto muy sui generis de la subsidiaridad en materia de educación en Chile. En efecto, el bebé fallecido murió bajo una carpa y en condiciones generales de falta de auxilio.
¿Cómo se evaluó en la población la evacuación y no fuga de las mujeres presas en una cárcel situada a pocos metros del borde costero?. ¿Representaron un peligro para la sociedad hasta que la mayoría de ellas se entregase?
– Desde luego, no fue una fuga, como lo informó la prensa en los primeros días. A las mujeres se les abrió las puertas para que salieran de la cárcel, sin antes firmar un compromiso de honor que volverían. No había la menor alternativa. Si hubiese venido un tsunami esas mujeres no habrían sobrevivido. Tampoco era posible evacuarlas en buses de Gendarmería, porque en estos casos no se puede lanzar vehículos a las calles. La mayor parte de esas mujeres volvieron a la cárcel, y las que no han vuelto no creo que representen peligro alguno para la sociedad. De hecho, la realidad lo está demostrando. Por supuesto, es una estupidez garrafal construir cárceles u hospitales a metros del mar. A propósito, recuérdese que el alcalde Soria, con mucha publicidad, anunciaba que haría del edificio municipal un hospital, a unos 50 metros del mar. No creo que vuelva más al tema. Es urgente hacer de la cárcel de mujeres una escuela u oficinas públicas que sean evacuables en pocos minutos, y trasladar la cárcel de mujeres hacia un lugar en los sitios altos de la ciudad.