Hace diez años, la directora y actriz Muriel Miranda y el diseñador Hugo Covarrubias querían formar una compañía. El primer proyecto fue una fotonovela y aunque pronto lo desecharon, se quedaron con un primer texto que trabajaron con la dramaturga Karen Bauer.

“Queríamos hacer una compañía experimental. Nuestro principio no era un texto, sino que eso era un pretexto para inventar muchas imágenes”, recordó Muriel Miranda. En esa búsqueda, Hugo Covarrubias descubrió el stop motion, comenzó a aprender la técnica y retomaron esa primera idea, ahora con Paula Aros.

Así nació Maleza, la obra que estrenaron en 2006, luego de dos años de trabajo, y que finalmente bautizó también a la compañía que mantienen Muriel Miranda y Hugo Covarrubias.

El montaje no ha dejado de presentarse desde entonces en diferentes ciudades de Chile y el extranjero, pero desde la semana pasada tiene una temporada de cinco funciones en el Teatro Universidad Católica, para celebrar la primera década de vida de Teatro Maleza.

“No es exactamente lo mismo, porque la hemos hecho casi 200 veces y cuando la has presentado tantas veces, empiezas naturalmente a inventar pequeñas partes. Si no, empiezas a reproducir algo que está más muerto que vivo, te empiezas a aburrir de hacerlo”, dijo Muriel Miranda en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile. “La esencia y las partes de la obra son las mismas, aun cuando hay pequeños cambios en nuestras actuaciones. Empezamos el fin de semana pasado con las presentaciones y la gente igual sintió que habían cambiado muchas cosas, la sintieron fresquita”, aseguró.

Precursores con menos recursos

El vínculo entre el teatro y el stop motion se convirtió en la principal búsqueda de Teatro Maleza. Así se ha podido ver en obras posteriores, como El pelícano y Un poco invisible, estrenada el año pasado en Matucana 100 y que también tendrá funciones en el Teatro UC, desde el 31 de mayo.

Asimismo, la compañía ha entregado un par de cortometrajes: El almohadón de plumas (2007), basado en el cuento de Horacio Quiroga, y La noche boca arriba (2012), que se exhibe en la temporada de aniversario.

“No quiero decir que es de culto, porque es muy egocéntrico, pero Maleza tiene que ver con el inicio de un tipo de teatro en Chile”, dijo Muriel Miranda. “Cuando la estrenamos todavía no había ninguna compañía que vinculara el teatro con la animación de una forma en que los dos lenguajes compartieran escena realmente, que se fusionaran y no fueran parte de una narración corta, en que se mostrara un pasaje audiovisual o animado. Hicimos que esa relación se estableciera desde ese primer montaje y nació un género que se utiliza ahora”, afirmó.

De todos modos, la actriz admitió que se trata de un camino compartido: “Probablemente Sin sangre (de Teatrocinema) lo estaba haciendo al mismo tiempo que nosotros y estrenaron un poco después, pero eso también marca una época en que empezaron a nacer estas nuevas tendencias escénicas, de la transmedialidad. Con menos recursos, creo que sí somos precursores”, concluyó.

La Noche Boca Arriba / Teaser from Zumbastico Studios on Vimeo.

Maleza se presenta todos los sábados, a las 17 horas, en el Teatro Universidad Católica, ubicado en Jorge Washington 26, Plaza Ñuñoa. Las entradas tienen valores entre 3.500 y seis mil pesos.