Recordemos que en el país, son nueve las casas de estudio que no recibieron acreditación, entre ellas, la Universidad Gabriela Mistral, Universidad de Las Américas, Universidad Pedro Valdivia, Universidad Bolivariana, Universidad de Artes, Ciencias y Comunicación (Uniacc), Universidad del Mar, Universidad de la República, UCINF y Universidad Unicit.
“El objeto del aseguramiento de la calidad es producir mejoras en la calidad y, por lo tanto, lo que la no acreditación implica, es que la institución tiene que tomar acciones para mejorar la calidad de su educación”, agregó.
Asimismo, enfatizó en la aspiración de la Comisión de crear pautas de evaluación diferenciadas para cada tipo de institución dando como ejemplo, que sobre los Centros de Formación Técnica ya se han aplicado nuevos criterios: dimensiones de gestión institucional y docencia de pregrado más vinculación con el medio donde se consideró la observación de comité consultivo sobre el tema.
“Una vez que se haya elaborado términos de referencia adecuados para los diferentes tipos de instituciones y que haya una clara cabida para los distintos proyectos educativos, la acreditación institucional debiera ser obligatoria porque es la forma de crear simetrías de información entre la comunidad y las instituciones. En la práctica la acreditación está dejando de ser voluntaria dada la conexión entre financiamiento y la acreditación, pero ello debiera ser expresado legalmente y más aún tener consecuencia”, indicó.
Una de las críticas comunes a la labor de la CNA es la dificultad de entender las razones de las decisiones de acreditación particularmente a los años de acreditación, ante esto el presidente de la Comisión explicó que la calidad de la educación no se mide según el tiempo, sino que cuando la entidad fiscalizadora decide acreditar o no.
En consecuencia, Matko Koljatikc, llamó a las agencias de acreditación a ejercer cuidadosamente su rol de verificar la calidad de las carreras y programas cuando el 2013 fue un año de diagnóstico de éstas. Aduciento que el cierre de un plantel es demasiado drástico… esto en relación a lo sucedido con la universidad del mar el año pasado.
El rector de la Universidad Central, Rafael Rosell, no compartió la idea propuesta por Koliatich sobre que la no obtención de acreditación en dos procesos consecutivos, signifique llevar a la institución devuelta a la etapa previa, es decir, perder su autonomía y con ello la posibilidad de abrir carreras.
“Creo que hay que separar las dos cosas, el licenciamiento no puede ir en conjunto con el tema de la acreditación. El licenciamiento es una cosa y la acreditación es otra. El licenciamiento es la posibilidad de actuar como universidad y lo otro es el tema de la calidad y no pueden juntarse porque se producen problemas después”, afirmó el rector.
Por su parte, el rector del Instituto Nacional de Capacitación Profesional (INACAP), Gonzalo Vargas, se refirió a la obligatoriedad de obtener la acreditación por parte de la educación técnica profesional.
“Creemos que sí tiene que haber algún sistema a través del cual el Estado pueda supervisar a las instituciones y dar esa fe pública que el estado de todas maneras entrega sobre todo de las instituciones autónomas. Hay que recordar que el Estado reconoce los títulos que entregan las instituciones, el Estado da una fe pública cuando dice que la institución es reconocida por el ministerio de Educación y hay que resolver entonces ese problema que se produce durante el período, ese vacío entre que se logra la autonomía y no se ha logrado la acreditación”, precisó el rector.
Vargas añadió que tiene que haber un sistema que por una parte garantice niveles mínimos de calidad y por otra, fomente el mejoramiento continuo.