El caso de Carmen Valenzuela, quien murió producto de un mal tratamiento recibido en la Clínica Alemana, reflotó la discusión acerca de las negligencias médicas y lo desprotegidos que están los usuarios ante este tipo de hechos.
La joven de 23 años ingresó al recinto asistencial con dolores de cabeza, náuseas, convulsiones y dificultades para hablar, síntomas que el padre de la menor, de profesión médico, atribuyó a una válvula que poseía debido a dificultades derivadas de una hidrocefalia, lo que fue ignorado por los profesionales de la institución.
Finalmente, cuando ya la situación se tornó irremediable, los médicos se dieron cuenta que efectivamente el problema era dicha válvula, pero de todas formas la joven falleció.
Si bien la ley de Derechos y Deberes de los Pacientes buscaba evitar casos como el de la Carmen Valenzuela, todavía se registran este tipo de negligencias.
Juan Pablo Valenzuela, padre de la mujer, acusó que la clínica ni siquiera fue capaz de ofrecer disculpas: “Me da mucha vergüenza que esta gente venga a decirme cuánto vale la vida de tu hija. Ni siquiera tienen la entereza de decir ‘pucha, lo sentimos, sabemos lo que estás sufriendo y queremos pedirte disculpas’. Lo que yo estaba pidiendo es que reconocieran que se equivocaron y que había que hacer una investigación”, dijo.
Muchos de estos casos terminan en sumarios internos que, generalmente, culminan sin mayores detalles de sus resultados ni de los criterios usados en la investigación.
Para el director de la Fundación Creando Salud, Matías Goyenechea, “toda medida de transparencia es positiva y es importante que exista alguna claridad sobre estos procedimientos y sus resultados, dado que eso entrega mayor grado de tranquilidad a los pacientes, a los enfermos y a la ciudadanía en general. Abrir un proceso más transparente no debería generar problemas. Al contrario, generaría mayor legitimidad y claridad sobre las acciones que se toman”.
El padre de Carmen Valenzuela interpuso una querella en contra de quienes resulten responsables de la muerte de su hija y en contra de la Clínica Alemana.
Desde el Colegio Médico comprenden este tipo de decisiones y las apoyan, aunque consideran que es necesario esperar otras instancias, como los Tribunales de Ética, antes de judicializar los casos.
En ese sentido, el presidente del gremio, Enrique Paris, sostuvo que las puertas del colegio están abiertas para cualquier denuncia de este tipo, la cual “será debidamente investigada”.
Enrique Paris se refirió además a la escasa fiscalización que existe de aquellos profesionales no aptos: “Incluso hemos oficiado a las autoridades sanitarias para que nos envíen la lista de médicos que no han rendido su Examen Único Nacional de Conocimientos. En ese caso, aunque tengan el título, esos médicos están trabajando ilegalmente, porque no pueden ser contratados por el sistema público de salud. Respecto de los títulos falsos, como ocurrió con el tan bullado caso de la Universidad del Mar en Maipú, no tenemos ningún control. La gente falsifica tan bien los certificados que incluso a veces los envían al Colegio Médico”, indicó.
La Clínica Alemana declinó la semana pasada referirse al caso de Carmen Valenzuela, apelando a la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes, y señaló en un comunicado que entregará la información requerida al tribunal.