Antología de Claudio Pérez reúne más de dos mil fotografías

El fotógrafo chileno resume 30 años de obra en la exhibición “Ritos y Memoria” en el Centro Cultural Gabriela Mistral. Una antología que refleja la búsqueda inagotable del autor por develar lo social y tradicional en Chile, y que recorre desde el período de dictadura, hasta los momentos más íntimos de su vida.

El fotógrafo chileno resume 30 años de obra en la exhibición “Ritos y Memoria” en el Centro Cultural Gabriela Mistral. Una antología que refleja la búsqueda inagotable del autor por develar lo social y tradicional en Chile, y que recorre desde el período de dictadura, hasta los momentos más íntimos de su vida.

La antología visual del Claudio Pérez (1957) es la primera retrospectiva de un fotógrafo chileno en realizarse, y tiene como sede la Sala de Artes Visuales del Gam. Compuesta por 2143 fotografías, de las cuales 150 obras son en gran formato y el resto son parte de una selección en tamaño postal editadas de su trabajo de las tiras de contacto, la muestra comienza por el movimiento social en contra de la dictadura en los años ochenta.

Y es que este tópico no es al azar, Pérez se interesó en la fotografía cuando vio el horror del terrorismo de Estado, mientras residía en Brasil en 1979, y decidió volver en el año 1983 bajo la consigna de hacer algo ante los hechos. A partir de una falsa credencial, hecha con papa en tinta de zapato, el autor se inmiscuye en protestas y marchas, retratando, en blanco y negro,  a quienes padecían la angustia de perder a sus seres queridos.

Para el fotógrafo aquello que motivó su actuar fue la necesidad de ser parte de la historia.  “Uno tiene que aprender a viajar, a soltar las amarras. Yo era clandestino a los 23 años de edad. Me presenté ante los milicos con lo poco que tenía. Hay que vivir la vida intensamente, hay que ser travieso y hacer maldades para conocer, hay que ser arrojado y digno. Aquí hay pura dignidad, no hay aprovechamiento, porque todo lo que verán tiene un valor intransable”, enfatizó.

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En medio de aquella vorágine,integra  la Asociación de fotógrafos independientes (AFI), quienes le brindan apoyo emocional y protección legal. Claudio Pérez, entonces, se liga a la defensa de los Derechos Humano, para él “cada click era disparar al corazón de la dictadura”, es por ello que ante el dolor y sufrimiento, la historia persiste, haciendo esto notorio en “El Amor ante el Olvido”, cuerpo de trabajos que relatan el sufrimiento de madres que perdieron a sus hijos; “Huellas persistentes” (1999 – 2000), que describe espacios deshabitados que no sobrevivieron a las atrocidades del horror; o “Muro de la memoria” (2000), que muestra el estado actual de conservación del mural fotográfico ubicado en el puente Bulnes.

Luego, en 1986 parte a Bolivia y desarrolla temas relacionados a la ritualidad quechua, al territorio y mucho más. Es aquí cuando presenciamos en “Artificio del lente” (2000), “Andacollo”, “Resistencia Quesnwa” (2004 – 2010), “Territorios”, “Apuntes de viaje” (1999 – 2004), y “Ritualidad Andina”, imágenes protagonizados por los pueblos, desde los rituales y ceremonias indígenas, hasta el tránsito en la ciudad y la lejanía.

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Al respecto, el curador, fotógrafo y amigo, Héctor López señaló que “en esta exhibición van a ver varios cuerpos de trabajo, en donde de alguna manera todo se sintetiza en el tema de dictadura. Pero Pérez es más que solo fotógrafo de dictadura, es un fotógrafo  que se ha interesado por este país y que ha puesto sobre la mesa temas mucho más importantes, como lo es la memoria”.

Asimismo, el curador destacó el trabajo prolijo, del que ha sido testigo, cómplice y parte del proyecto, confirmando que el autor se ubica dentro de los más importantes. “Claudio no inventa nada, constata, registra e interpreta esa realidad a la cual se ve enfrentado. Hay detrás de eso, aparte de sensibilidad y obsesión, una pasión que envuelve su trabajo. Podemos decir que Claudio es un documentalista de buena cepa, con tradición, pero además con matices contemporáneos”.

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Son innumerables las historias que se cuentan detrás de cada imagen, sin embargo el autor destaca el factor emocional ante todo,  “me llama la atención tanto la vida como la muerte, lo feliz y lo ingrato, lo terrible y doloroso. Eso es lo que identifica a un fotógrafo documentalista, todo  está ahí, pero debes identificar qué es lo que llama la atención. Yo tengo un tema con lo profesional y amateur, yo soy un “amador”, porque un profesional sabe usar lo técnico por sobre todo, sin embargo  yo me considero un amateur, porque uno habla desde el corazón”.57_edit

La recopilación comenzó el año pasado, cuando se propuso al autor celebrar sus 30 años de vida y obra ligados al rollo y cámara. Para él, esto ha sido una labor extraordinaria, que lo hace recordar aquello que ya no se encontraba en su memoria. Los archivos son variados, y  pasan desde lo análogo en blanco y negro, al color, siendo recopilados laboriosamente. Esto se puede observar en “Pieza Audiovisual”, a cargo de Sebastián Moreno.

En esa línea, “hay mucho por ver, hay muchas ideas y sueños por construir. Me parece que este es solamente el cierre de una etapa y proyecto de un ciclo de 30 años, de la historia de un fotógrafo que ha sabido mirar con su propia interpretación Chile y su tierra”, aseguró Héctor López.

La muestra fotográfica Ritos y Memoria, se encuentra disponible desde el 17 de mayo hasta el 6 de julio y se exhibirá en la Sala de Artes Visuales del GAM.





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